No es competencia, es solidaridad cubana
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La propagación del COVID-19 en el mundo, ha paralizado por completo los flujos de comercio, las rutinas laborales e incluso la formas de relacionarnos social y familiarmente. Mientras les escribo estas letras, en Honduras, se confirman 477 casos positivos para COVID-19, 46 fallecidos y 25 recuperados. Hoy se cumplen 40 días desde el primer caso detectado positivo para un país con una gran crisis en la gobernanza y gestión de la pandemia.
En Honduras, la pandemia ha demostrado y dejado en evidencia, las prioridades de las últimas gestiones presidenciales, me refiero a la militarización de la sociedad y el interés de la empresa privada por sobre la vida humana, en detrimento de las garantías básicas de la sociedad hondureña, para el caso, a un sistema de salud gratuito, de calidad y con cobertura a nivel nacional.
Frente a la pandemia, han sido reiteradas las denuncias desde los sectores médicos y populares del país quienes demandan equipo de bioseguridad para el personal médico, aseguramiento de las condiciones mínimas en infraestructura para asegurar la atención a los casos COVID-19 y abastecimiento de alimentos en zonas vulneradas.
Desde la Habana, fue oficializada por el doctor Hugo Almeyda Leyva, la llegada de una brigada de médicos cubanos, después que el Congreso Nacional el 2 de abril reconociera un déficit en el sistema de salud hondureño y el ascenso inminente del número de casos de coronavirus.
Desde el sector médico hondureño, las opiniones no se hicieron esperar. Por su parte, Suyapa Figueroa cuestionó la presencia de los médicos cubanos y dijo: “Yo pregunto ¿qué impacto ha tenido en alguna política pública en nuestro país y que sea contundente? ¿qué cambio produjeron en nuestro país?”, interrogó, e inmediatamente respondió: “absolutamente ninguno”. Mientras que el Doctor Carlos Umaña afirmó que “Los médicos nos sentimos insultados, traer ese grupo de personas que en vez de ayudar van a venir a ser una carga a quitarnos los pocos insumos que tenemos en vez de contratar ese montón de médicos que están desempleados, nos están dando una bofetada”.
Es importante recordar, que, aunque el sector médico acompañó e impulsó la Plataforma en la defensa por la salud y educación pública, fue marginado de las acciones iniciales para hacer frente a la pandemia. Hasta hace algunos días, se incorporaron en esfuerzos conjuntos con el gobierno, y cabe destacar, que fue luego de varias presiones por parte de los sectores populares de Honduras.
El 19 de abril del 2020, aún con las opiniones controversiales por parte del Colegio Médico de Honduras, arribó a Honduras, la brigada de médicos cubanos especialistas en urología, medicina interna, médicos de familia, higiene, epidemiología y cuidados intensivos, quienes estarán asignados a los hospitales Mario Catarino Rivas y Leonardo Martínez, en el departamento de Cortés.
Entonces, ¿por qué mi titular? Bien, en estas sociedades atravesadas por las relaciones económicas condicionando nuestro pensamiento y actuar, se entienden las diferentes posturas y comentarios que han surgido ante la presencia de los médicos cubanos en Honduras y expresiones como: “¿por qué mejor no contratan a los médicos hondureños?”, “yo confío en los médicos hondureños” o “los médicos hondureños no necesitamos a los cubanos”, tienen eco en distintos medios y redes sociales.
Sin embargo, ante ese pensamiento de competencia es necesario anteponer las finalidades de las brigadas de médicos cubanos alrededor del mundo. Desde el triunfo de la revolución cubana en 1959, se afirmó desde los sectores combatientes que las necesidades de un solo país en la región se convertirían en las necesidades de toda Latinoamérica, tomando los ideales de Bolívar y Martí.
La solidaridad de los médicos cubanos, viene del principio del internacionalismo marcado por los líderes de la revolución cubana. Esa solidaridad marcada por la presencia en el campo y sin ninguna vacilación al lado de quienes siempre han estado marginados y excluidos por un sistema desigual. En una de sus tantas declaraciones, decía Fidel:
“Pero que nadie crea que un pueblo pierde algo cuando ayuda a otro. Cuando un pueblo ayuda a otro, no pierde, sino gana. Un médico como los que hemos tenido ejerciendo la medicina en Argelia, o en Yemen, o en Somalia, o en Angola, con ello no pierde el país, gana un profesional que se hace más consciente, que se hace revolucionario”.
El espíritu de colaboración y solidaridad cubana jamás va a merecer ser atacado, esa labor humana de generar lazos colectivos en Latinoamérica y el ánimo de construir pensamiento en la región, jamás van a merecer que se les vea como los malos profesionales y lo peor, que se utilice el término “socialista” para desprestigiar un pensamiento y acción revolucionaria.
En Honduras, un país en donde las amenazas son tantas, permitirnos el lujo de atacar cualquier esfuerzo que sea capaz de colocar las vidas humanas primero, demuestra el egoísmo y el individualismo con el que a diario convivimos. Una brigada médica, no cambiará el presidente que tenemos ni mucho menos nos hará comunistas, una brigada médica cubana, está demostrando que nunca vamos a estar solos y que la convivencia de los pueblos es posible.
«Al cumplir un deber no hacemos un favor, sino que simplemente cumplimos un deber. Siempre hemos pensado: el hombre que no sea capaz de sacrificarse por los demás, no es capaz de sacrificarse por nada; el pueblo que no sea capaz de sacrificarse por otros pueblos, no será capaz de sacrificarse ni siquiera por sí mismo”. – Fidel Castro (1976)