3 de octubre de 1965. Presentación del Comité Central
Al presentar al pueblo a los integrantes del Comité Central, Fidel subrayaría que «no hay episodio heroico en la historia de nuestra patria en los últimos años que no esté ahí representado.
En la noche del 3 de octubre de 1965, en el entonces teatro Chaplin (hoy Karl Marx), se daba conclusión a un largo proceso iniciado en 1961, cuando las tres organizaciones que habían participado activamente en el derrocamiento de la tiranía: el Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular, como expresión de voluntad unitaria, se autodisolvieron para fusionarse, bajo el liderazgo de Fidel, en las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), antecedente de la ulterior restructuración y construcción, al año siguiente, del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURS).
Luego, en septiembre de 1965, tras varias reuniones entre dirigentes partidistas nacionales y provinciales, se procedió a la integración del Comité Central, que en su primera sesión de trabajo, el 2 de octubre, adoptó como acuerdo ratificar las medidas acordadas por la antigua Dirección Nacional del PURS, al Buró Político (integrado además de Fidel por Raúl, Almeida, el presidente Dorticós, Ramiro Valdés y Guillermo García), al Secretariado y a las comisiones de trabajo.
Aquel 3 de octubre, en el teatro Chaplin, al presentar al pueblo a los integrantes del Comité Central, Fidel subrayaría que «no hay episodio heroico en la historia de nuestra patria en los últimos años que no esté ahí representado; no hay sacrificio, no hay combate, no hay proeza —lo mismo militar que civil— heroica o creadora que no esté representada; no hay sector revolucionario, social, que no esté representado. No hablo de organizaciones. Cuando hablo de sector hablo de obreros, hablo de jóvenes, hablo de campesinos, hablo de nuestras organizaciones de masa».
El Comandante en Jefe se refirió a otro acuerdo, «aún más importante», en su opinión, adoptado por el Comité Central, sobre el nombre que debía llevar la organización rectora de la sociedad cubana:Partido Comunista de Cuba. También aludió a una ausencia en el Comité Central de quien posee «todos los méritos y todas las virtudes necesarias en el grado más alto para pertenecer a él». Y pasó a leer la carta de despedida del Che.
Durante su intervención, Fidel informó al pueblo que se había decidido la fusión de los periódicos Revolución y Hoy en un solo órgano oficial, «que llevará el nombre de Granma, símbolo de nuestra concepción revolucionaria y de nuestro camino».
Una vez concluido el acto en el Chaplin, Fidel se dirigió a la redacción del periódico Hoy, en Prado y Teniente Rey, donde hoy radica la Editora Abril. En un encuentro con los trabajadores, les manifestó la confianza que la Revolución y el Partido depositaban en cada uno de ellos para hacer un diario partidista del pueblo y para el pueblo. Se aprovechó el momento para presentar a quien asumiría la dirección del nuevo rotativo, Isidoro Malmierca, y para brindarle un merecido homenaje de despedida a Blas Roca, quien había sido hasta la noche anterior el director de Hoy.
Jorge Oller, uno de los mejores fotógrafos de la prensa cubana en su historia, ha relatado sobre aquel momento: «El breve, cordial y estimulante encuentro animó la faena de todos. Allá veíamos a Enrique Mesa, Gabriel Molina, Ricardo Sáenz y Joaquín Oramas tecleando a toda prisa en sus máquinas de escribir y en su departamento a Daniel Reguera revisando las planas deportivas. Los fotógrafos Miralles, Pildain y Beruvides procesaban en el laboratorio las fotos, mientras que Landrián y Luís confeccionaban los grabados. Sobre una mesa de dibujo Jacques Brouté diseñaba las páginas y el caricaturista Horacio le ayudaba.
«En los talleres, los linotipistas, cajistas y matrizadores no paraban. El director Malmierca revisaba las fotografías, leía con cuidado cada cuartilla, modificaba títulos y aun en las pruebas de plana pulía algún párrafo o línea. Al fin el esfuerzo que todos hicimos concluyó en la rotativa cuando el jefe de la máquina ajustó la última teja»
El 4 de octubre salió impreso el primer número del Granma cuya tirada llegó a 498 784 ejemplares, «muchos miles más que la de la veintena de periódicos capitalinos juntos antes de 1959», según Oller. El diario de 12 páginas contenía 31 fotografías.
Días después, el órgano oficial del Comité Central se trasladó para el edificio ubicado en Territorial y General Suárez, próximo a la Plaza de la Revolución, que hoy ocupa y donde se había establecido de1960 a 1965 el matutino Revolución.
Desde entonces, en opinión del relevante comentarista internacional Juan Marrero, uno de sus fundadores, «nuestro pueblo tiene en este periódico, inequívocamente, la información fidedigna, el análisis sereno, la confirmación de la política de la Revolución y el arma precisa frente a quienes propugnan destruirla. Ha sido siempre un soldado insomne del Partido, la Revolución y el pueblo».