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DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ A LOS ALUMNOS DE LAS ESCUELAS DE AUXILIARES DE ADMINISTRACION, EN EL TEATRO “CHAPLIN”, EL 2 DE OCTUBRE DE 1963.

Дата: 

02/10/1963

Compañeros alumnos de las Escuelas de Auxiliares de Administración:  

Ustedes fueron seleccionados para determinadas tareas, para cumplir determinadas misiones.  Por eso, hace algo más de un año se organizaron las escuelas, que en un principio íbamos a llamarlas Escuelas de Administración de Empresas Agrícolas; después nos pareció que no debíamos llamarlas Escuelas de Administración, sino que debíamos llamarlas Escuelas de Auxiliares de Administración.  ¿Por qué?  Porque nos parecía a nosotros más sano, más saludable y más idóneo para la formación mental de ustedes, que no se fueran a hacer la idea de que se iban a convertir en administradores por el solo hecho de haber aprobado los cursos de la escuela, y para que no se les fuera a adaptar la mente a eso, y no pensaran que ustedes iban a recibir fácilmente una responsabilidad de ese tipo.  Desde luego, este ejemplo que les voy a poner fue reciente, pero que venía a confirmar precisamente esa opinión de que debíamos preparar la mente de ustedes a la idea de que tenían que ganarse los cargos con el trabajo.

Un joven que estudió en una escuela, que se preparó para técnico avícola, donde se seleccionó un grupo de muchachos igual que ustedes y, por cierto, buenos muchachos, cuando terminaron su curso en unos 10 meses, comenzaron a trabajar.  Y entonces, recientemente me informó un compañero que está al frente de ese plan, de que uno de los jóvenes le dijo:  “Bueno, ¿pero a mí no me van a nombrar administrador?” Figúrense que esa escuela no era ni siquiera de administración, sino de técnicos avícolas.  Y él dijo:  “¡Ah!, yo creía que cuando terminara en la escuela me iban a dar un cargo de administrador.”

El compañero naturalmente le respondió bien.  Yo le dije:  “No, tú a ese compañero le dices que de administrador nada, que él posiblemente sea el último en recibir algún cargo de administrador, alguna responsabilidad.”

Y creo que es muy importante que todo joven que se está formando en la Revolución, sepa y se haga la idea de que bajo la Revolución y que en el mundo que nosotros queremos hacer, cada responsabilidad, cada honor, cada átomo de confianza se lo tiene que ganar trabajando, se lo tiene que ganar superándose, se lo tiene que ganar cumpliendo el deber.

Sería realmente triste que dentro de algunos años hubiera gente aspirando a esto y a lo otro.  Y más todavía un muchacho joven, recién salido del cascarón, como quien dice:  que todavía no se acaba de dar cuenta perfectamente de lo que es la vida, lo que es la lucha de un pueblo, lo que es la lucha por la vida de una nación, lo que es la lucha de una nación por progresar, por avanzar, y ya esté diciendo:  “¿Qué cargo es el que me van a dar a mí?”  Eso pertenece a los tiempos idos, en que cualquier “guataca”, cualquier politiquero recibía honores y repartía honores.

Y ustedes estarán de acuerdo con nosotros que ustedes prefieren un sistema en el cual los méritos se adquieran, las responsabilidades se adquieran según el trabajo, según el mérito; y que no sea privilegio de nadie.  Porque no vamos a sustituir los privilegios del pasado, el privilegio de ser hijo de un señor rico o de un personaje, para tener asegurado en la vida ya todo lo que quiera sin tener que esforzarse, para establecer el sistema en que el privilegio sea de los oportunistas, que los honores y las responsabilidades sean de los oportunistas o de los aspirantes.  No.  Cada hombre tiene la oportunidad realmente, dentro de nuestro país, en el momento actual, para desarrollarse, desarrollar su inteligencia, su experiencia; y podrá alcanzar todos los honores, tendrá todas las oportunidades, podrá alcanzar todas las responsabilidades.  Pero no hay más que una manera de ganárselas, que es mediante el trabajo, mediante el cumplimiento del deber, la seriedad, la responsabilidad.

Esto no quiere decir, compañeros, que hoy todavía cada persona, cada ciudadano que hoy ostenta una representación, sea en realidad el más competente; aun no ha podido ser así como yo les decía, porque todavía hay muchos métodos subjetivos para escoger la gente.  Y así se han escogido a muchas personas para cargos de responsabilidad, que no tienen capacidad.  Pero eso, ¿cómo se podía evitar?  ¿Porque dónde está el registro, el archivo, aquí, donde se relataran las capacidades de cada cual y la experiencia de cada cual?

Y así se han designado un sinnúmero de administradores en muchas partes, y en muchos casos muy buenas personas, pero sin experiencia y sin capacidad para el cargo; no dudo que incluso el amiguismo haya funcionado en alguna ocasión también.  Y algunos individuos que uno los conoce como que son absolutamente incompetentes, y están haciendo un trabajo importante; y otros, cuando uno habla con ellos se da cuenta de que no saben.

Pero eso era propio e inevitable de los primeros tiempos de la Revolución; no porque ese fuera un sistema.

En cambio, ya nosotros estamos marchando por el camino donde podemos establecer un sistema mediante el cual la garantía de la capacidad de un ciudadano para ejercer una tarea no la dé el criterio de un individuo, sino la dé el expediente de la persona a quien se vaya a designar:  los éxitos que haya alcanzado en los trabajos y en las tareas que se le hayan asignado.  Y las escuelas constituyen una buena base para eso.

Porque ya hoy nosotros podemos saber que tenemos aquí equis miles de compañeros que han estado recibiendo una capacitación y que pronto comenzarán a desempeñar determinadas tareas, y ya nosotros sabremos cual fue su expediente en la escuela, su comportamiento en la escuela, sus actitudes en la escuela, e iremos registrando el trabajo de cada cual.  Y ya se empezará a hacer, se puede decir, el expediente de los hombres formados por la Revolución para trabajar en la Revolución.

Eso es una ventaja sobre lo de antes.  Porque posiblemente cuando necesitemos un cuadro administrativo para cualquier tarea, nosotros vayamos a buscarlo allí entre aquellos que conocemos, cuyos expedientes conocemos, y que, además, tendrán su hoja clínica como trabajadores.  Es decir:  cómo han trabajado donde estuvieron.  Y tendremos elementos de juicio para seleccionar para lo que queramos los hombres que necesitamos, porque siempre hacen falta hombres al frente de cada una de las actividades, hombres responsables.  Y cuando las personas que tienen asignada una responsabilidad no la saben cumplir, todo anda mal.

Naturalmente, compañeros, que ustedes lo que aprendan en la escuela no será suficiente.  Es mucho más lo que ustedes tendrán que aprender en la vida y en el trabajo.  Lo que ustedes aprenden en la escuela no es más que un inicio.  Y, desde luego, la escuela no ha podido ser una escuela con todo un programa desarrollado en profundidad; han sido cursos de preparación.

Ustedes no han tenido tiempo de tener una escuela como la que tendrán otros jóvenes que nosotros preparemos.  Algunos han tenido cursos de varios meses; hay compañeros aquí que llevan más tiempo, llevan algo más de un año.  Hay una de las escuelas donde los cursos son de dos años.  Naturalmente, esos compañeros saldrán con más conocimientos teóricos, que los compañeros que han estado en escuelas de menos tiempo.  Sin embargo, ustedes van a tener en el trabajo oportunidad de aprender mucho; todo depende de la actitud con que ustedes vayan a cumplir cualquier trabajo que se les asigne, la convicción de que no tienen experiencia y que esa experiencia tienen que adquirirla, y la disposición en que estén ustedes de superarse, de seguir estudiando, de analizar mucho, de meditar; no imaginarse que todas las cosas son fáciles, sencillas, y que cualquiera de ustedes es un genio, sino de que tienen —con las realidades— que aprender muchas cosas.  Y que no tienen experiencia, que no tienen conocimientos, y que ahora saben posiblemente la centésima parte de lo que van a saber dentro de 10 años.

Si ustedes creen que saben, entonces empezarían mal; si ustedes creen que los trabajos que van a hacer son fáciles, entonces empezarían mal; si ustedes creen que las cosas en la vida son muy sencillas y muy simples, entonces empezarían mal.  Porque muchas veces detrás de las apariencias de cosa sencilla y fácil, se descubre el fondo de que la cosa no es tan sencilla ni es tan fácil.

Y nosotros queremos que ustedes tengan una actitud correcta, quiero decir, una actitud acertada para lo que vayan a hacer.  Y sepan bien esto que les estamos diciendo:  que no hay nada fácil; y mucho menos en los trabajos de la agricultura.

Teníamos la idea de que hicieran los cursos completos, pero en lo que se refiere a una parte de ustedes, los alumnos de la escuela de Santa María y de Rancho Boyeros —no los de la escuela “Martínez Villena”, que tienen un programa de otro tipo, más amplio— que necesitarían todavía algún tiempo más de preparación, sin embargo nos vemos en la necesidad de acortar ese período de tiempo, nos vemos en la necesidad de abreviar el curso, y tener que asignarles tareas a ustedes, aun teniendo en cuenta que en algunos casos no han recibido el curso completo.

Es decir, que aun les vamos a pedir más, más de lo que pensábamos pedirles.  Porque pensábamos primero que tuvieran una preparación elemental y después asignarles determinadas tareas; y la Revolución se ve en la necesidad de asignarles esas tareas antes de terminar esos cursos elementales.

Nosotros sabemos, compañeros, que ustedes han llegado a estas escuelas en virtud de un proceso de selección; sabemos de dónde proceden, conocemos los métodos mediante los cuales fueron seleccionados, igual que fueron seleccionados otros compañeros que también fueron a la Unión Soviética y que están al regresar, porque tenemos 600 compañeros que estuvieron en la Unión Soviética.

No quiere decir que siempre que se haga una selección, cada una de las personas seleccionadas reúne todos los requisitos.  Muchas veces se hace la selección y las personas no reúnen los requisitos, y fallan.  En la propia escuela “Martínez Villena”, donde se hace una selección muy buena para ingresar allí, puesto que se seleccionan aproximadamente uno de cada 10 de los que van a la Escuela de Instrucción Revolucionaria, Sierra Maestra, después de estar allí cuatro meses y estarles observando cuatro meses su comportamiento, su interés, sus cualidades, se seleccionan, algunos de los seleccionados después no han dado la talla; ha habido, incluso, que expulsar a algunos por mal comportamiento.  Y hubo, por ejemplo, un momento de prueba, porque en esta escuela —donde van a estar dos años, pero en el futuro los nuevos ingresos estarán posiblemente tres o cuatro—, se estaban pagando los mismos sueldos que ganaban.  Nosotros nos planteamos un día:  “Bueno, entonces esta república se va a hundir, se va a hundir, puesto que imagínense que la gente que está estudiando, además de todos los gastos, todos los costos, toda la oportunidad, tenga el Estado que hacer grandes desembolsos por los que están estudiando.”

Y dijimos:  no pagarles lo que estaban ganando; vamos a ver quién tiene más necesidad y quién tiene menos, quién es soltero y no tiene que sostener familia, quien tiene que sostener familia, y vamos a asignar determinadas cantidades para ayudarlos.  Pero no todo el sueldo, porque eso es absurdo; por ese camino no marcha adelante ningún país, porque no son unos pocos, son muchas las escuelas.

Y, claro está que todo eso significa grandes gastos para el país.  Nosotros planteamos entonces que se redujeran los ingresos según las necesidades durante los dos años que iban a estar en la escuela.  Porque el hecho en sí mismo, de tener oportunidad de recibir escuela muchos jóvenes del campo que no pudieron estudiar porque no tenían recursos, porque no tenían facilidades, que se les abra adelante un campo para ellos, una oportunidad que posiblemente muchos jóvenes no podían soñar hace algunos años; y encima de eso había que pagarles el mismo sueldo que estaban ganando cuando fueran a la escuela.  Era lógico que se hiciera el planteamiento que se hizo.  Algunos renunciaron cuando se hizo ese planteamiento.  Claro, una minoría, todos los demás aceptaron perfectamente.

Pero eso demuestra que no había calidad en todos.  Porque hay gente que cree que 10 pesos valen más que una oportunidad de superarse, de encontrar nuevos horizontes, de desarrollar la inteligencia, de desarrollar todas las buenas cualidades.  Porque muchos hombres tienen dentro magníficas cualidades y no tienen nunca en la vida la oportunidad de desarrollarlas, de emplearlas.  Y así, cuántos y cuántos miles y cientos de miles, millones de jóvenes en nuestros campos y en nuestros pueblos, quién sabe cuántas cualidades tuvieran si hubieran podido estudiar, si hubieran tenido una oportunidad.  Esa oportunidad no les llegó nunca.  En cambio, esa oportunidad llega hoy para la gente nueva.

Y es posible que haya alguna gente que todavía no sepa lo que vale esa oportunidad; porque ha sido demasiado fácil todo para alguna gente.

Y ahí tenemos otro ejemplo, es siempre bueno acudir a los ejemplos.  Me informaron no hace mucho de 10 compañeros que salieron de la escuela de Girón, que estaban graduados ya como patronos y maquinistas; pero no se vayan a creer ustedes que unos patronos de trasatlánticos, patronos de seis meses, para empezar a aprender, porque era tan breve el curso que tenían que estar un año de aprendices en los barcos, se les asignó una pequeña cantidad; ya querían irse, al cabo de dos meses.  Posiblemente querían irse con lo que se aprendió en la escuela, para irse a una cooperativa a trabajar, cuando el país se gastó tantos recursos en prepararlos para hacer flotas, para que algún día tengamos pescado en abundancia y no las pocas libras que se pescan por ahí con un cordelito en un botecito.  Claro, si usted lo vende a peso la libra en bolsa negra, es mucho ingreso; pero que no le resuelven el problema a nadie.  Y el problema del país es producir; no andando para ver cómo se vive mejor.

El problema, compañeros, no es el de andar viendo cómo uno se acomoda mejor.  Mientras haya gente con esa mentalidad el país tendrá grandes rémoras, y el país tendrá dificultades en avanzar.  Porque el que anda buscando cómo se acomoda mejor, no hace ninguna contribución al bienestar del país, ni en la producción de bienes materiales; sino “vamos a ver cómo yo cojo lo más posible de lo poco que hay.”  Y esa no es la mentalidad.  Sino que la mentalidad debe ser de que cada cual trate de dar el máximo de lo posible, de lo que es capaz; y cuando esté todo el mundo en esa actitud, entonces tendremos a toda una nación donde cada ciudadano está dando todo lo que puede dar.  Y ese sí es el camino de la abundancia, no el otro camino.

También ocurre a veces que aquí, antes por ejemplo, para conseguir un empleo en una ruta de ómnibus, de transportes, de cualquier cosa, había que estar cinco años esperando.  Luego, incluso, un par de años de “machacante”.  Hoy hay escuelas donde en seis meses, ocho meses, a cualquier joven se le enseña, se le da una oportunidad.  Ha sido demasiado fácil para alguna gente las cosas.  De tal manera, que nosotros a la gente joven se la vamos a tener que empezar a poner más difícil, se la vamos a empezar a poner más difícil.

Y así en los programas de cada escuela y de cada cosa tendremos que ir enseñando que las cosas en la vida no se ganan fácil ni en virtud de buena suerte.  La única buena suerte que cabe aquí es la oportunidad que la Revolución les da a la gente joven.

Y a partir de ahí hay que saberse ganar el lugar, el puesto que les corresponda dentro de esa sociedad.

Nosotros sabemos que los que están aquí reunidos han pasado por distintas selecciones y por distintas pruebas, y han cumplido.  Se les necesitó para distintos trabajos y han cumplido; se les necesitó para cortar caña y cumplieron.  Es decir, que nosotros sabemos que esta masa no es una masa común y corriente de jóvenes que por casualidad se hubieran reunido ahí, sino que han tenido que pasar por distintas selecciones y distintas pruebas.  En dos palabras:  nosotros tenemos confianza en la calidad de esta masa, por sus orígenes (APLAUSOS), por las pruebas que han pasado.

Pero, sin embargo, deben estar muy conscientes de que desde el punto de vista técnico, desde el punto de vista de la capacitación, puede ser necesario que se exija de ustedes tareas difíciles de realizar y que están quizás por encima de la experiencia y de los conocimientos actuales de ustedes —no me estoy refiriendo principalmente a los compañeros de la escuela “Martínez Villena”, que los vamos a necesitar ahora provisionalmente, durante dos meses, y después volverán a la escuela—, me estoy refiriendo a los demás compañeros de las otras escuelas de Santa María del Rosario y de Rancho Boyeros, que los vamos a necesitar para trabajos definitivos, aunque tenemos esperanza de que todos aquellos que se destaquen puedan volver a recibir cada año, cada dos años, cursillos de un mes o dos meses, donde ustedes vayan completando, complementando sus conocimientos.  Que ustedes partan con la conciencia de que aún no están plenamente capacitados y se hagan el propósito de estudiar y de seguirse superando.

Y que ahora ustedes van a tener una oportunidad de demostrar lo que ustedes valen, de lo que ustedes sean capaces, de la competencia, de la voluntad, del carácter, de la seriedad, de la responsabilidad de ustedes; y el que falle no le podrá echar la culpa a nadie, porque el que falle realmente perderá su oportunidad, el que falle porque le falte carácter, porque le falte interés en superarse y cumplir bien, no le podrá echar la culpa a nadie.  Y nosotros tenemos esperanzas de que entre ustedes salgan muy buenos cuadros, que en el futuro puedan fortalecer la organización y la eficacia de nuestra economía agrícola.  No sabemos cuántos de ustedes se van a destacar.  Quién sabe cuántas tareas les asignen a lo largo de la vida de ustedes; eso dependerá exclusivamente de ustedes.

No se imaginen ustedes que van a empezar ahora realmente asumiendo responsabilidades muy grandes, muy notorias; pequeñas responsabilidades las de ustedes, pequeñas, pero son importantes, ¿y por qué son importantes?  Porque en la medida en que cada uno de ustedes cumpla, en la medida en que la masa cumpla, pues el país tendrá mayor o menor éxito.  De la suma del éxito del trabajo de cada uno de ustedes dependerá el éxito de las tareas que nos proponemos realizar en su conjunto.

Si el trabajo de cada uno de ustedes en sí puede decirse que es un trabajo pequeño y discreto, el trabajo de todos ustedes juntos es importantísimo para la Revolución y para el país.  Y, desde luego, empezarán por ahí, empezarán por tareas modestas y en algunos casos no tan modestas, pero, en fin, están conceptuadas como tareas modestas, y por ahí empiezan ustedes.  Pero aun esas tareas que son simples y modestas no son fáciles, no son fáciles; y eso deben tenerlo siempre muy presente, y nosotros queremos ayudarlos a que ustedes esas tareas las cumplan bien, queremos puntualizar cómo tienen que trabajar, queremos puntualizar algunas normas para que ustedes sepan a qué atenerse, tanto los que se van a quedar definitivamente, como los que no se van a quedar definitivamente, para que cuando vaya el sustituto de ustedes en el trabajo que le asignemos —bien porque llega de la Unión Soviética, bien porque sea cualquier compañero escogido entre los trabajadores—, lo sepan orientar bien acerca de lo que tiene que hacer en cada lugar.

Y nosotros tenemos esperanzas de que un gran número, que la inmensa mayoría de ustedes trabaje acertadamente y con el mayor interés, que el número de los que fallen sea el mínimo y que el país pueda recibir pronto los frutos del trabajo de ustedes.

Dentro de algunos días ya estarán ustedes en el campo trabajando.  En esta ocasión, compañeros, no van a cortar caña, aunque es muy bueno que hayan cortado caña, porque les enseña el trabajo duro, que tienen que realizar los obreros.  Que para ustedes no era nuevo, desde luego, pero que siempre los vuelve a acercar a la clase de donde ustedes proceden, siempre los acerca a la vida que ustedes han tenido y les permite siempre recordar que todo lo que se hace se hace por los trabajadores, se hace en bien de los trabajadores; que la gran lucha de nosotros es precisamente para que cada trabajador y sus familiares tengan todo lo que necesitan, para que cada niño, cada anciano, cada mujer, cada hombre, tenga todo lo que necesita.  Y lo podemos lograr porque nuestra tierra es fértil, nuestra tierra es rica, nuestro clima es magnífico.  Y cuando nosotros de verdad sepamos aprovechar nuestros recursos naturales, cuando nosotros de verdad sepamos trabajar, es incalculable la abundancia con que podrá contar nuestro país.  Y ustedes, que van a trabajar en el frente de la economía, tienen que tener eso muy presente.

Van al campo y no van a cortar caña, van a cumplir una misión que la Revolución les va a asignar, y esa tarea es nada menos que la Segunda Reforma Agraria, es decir, que vamos a llevar a cabo la Segunda Reforma Agraria.  La segunda y última Reforma Agraria, puesto que, de acuerdo con nuestro criterio, de acuerdo con lo que hemos expuesto, habrá dos tipos de producción:  la producción de las empresas estatales y la producción de los pequeños agricultores.  Nosotros les hemos dado garantías definitivas a los pequeños agricultores, y ellos confían en la Revolución, y la Revolución puede marchar con sus granjas estatales y con el esfuerzo de los pequeños agricultores, y después será un proceso de evolución.  Habrá pequeños agricultores que deseen organizarse en sociedades agrícolas, otros querrán seguir como pequeños agricultores.  ¿Cuántos años?  No nos interesa, el pequeño agricultor puede marchar con la Revolución porque el pequeño agricultor fue liberado de la explotación por la Revolución:  pagaba renta, compraba caro, tenía que pagar intereses altísimos por los préstamos, tenía que vender sus productos baratos a los intermediarios, no tenía maestro, no tenía escuela, no tenía hospitales, no tenía caminos; el pequeño agricultor fue un sector numeroso de la población ayudado y liberado por la Revolución; con la Revolución marcha y marchará siempre ese pequeño agricultor.  Hay pequeños agricultores cuyos hijos están todos estudiando, están en el ejército, y entonces ellos mismos han dicho:  “Bueno, quiero retirarme.”  Habrá un proceso largo, en el cual no irán surgiendo nuevos pequeños agricultores; de las tierras de la nación no saldrán nuevos pequeños agricultores, pero los que están perdurarán todo el tiempo que ellos lo deseen.  Eso no afecta la producción.

Lo que nosotros tenemos que lograr es que los pequeños y medios agricultores se organicen bien, apliquen buenas técnicas de producción y con sus tierras produzcan el máximo, con el esfuerzo de ellos y con el esfuerzo de los trabajadores de las granjas del pueblo, entonces verán ustedes el desarrollo que va a alcanzar nuestra agricultura.  Porque de ahora en adelante no habrá más que pequeños y medios agricultores y granjas del pueblo (APLAUSOS), desaparecerá el burgués rural, porque el burgués rural nunca marchará con la Revolución, será siempre como clase un enemigo irreconciliable de la Revolución.  Podrá haber, y hay efectivamente alguno que otro burgués rural que tiene una buena actitud él como individuo, pero la clase en su conjunto como clase es enemiga irreconciliable de la Revolución y siempre será enemiga de la Revolución, siempre será aliada del imperialismo contra los proletarios y contra los campesinos, siempre será enemiga del socialismo, porque ocupaba una posición social privilegiada, cómoda; tenía aun mayores aspiraciones de enriquecerse explotando el trabajo humano y por eso nunca, como clase, estará con la Revolución; ha perdurado durante más de cuatro años y medio y ha hecho todo el daño que ha podido; tiene una posición económica fuerte, manejan mucho dinero, sus productos muchas veces los venden a sus amigos de la burguesía urbana, sabotea la producción, no carga las vacas, no limpia la caña, trata de piratear trabajadores a las granjas.  Y ahora son mejores patronos que nunca.

Antes ni daban los buenos días.  Pero desde que se imaginaron o concibieron que algún día ellos perderían esas tierras, entonces los hay quienes invitaban a pasear a los trabajadores.  Entonces eran mejores amigos, y le daban el pedacito de tierra.

Porque, incluso, muchos de esos burgueses rurales han estado repartiendo pedacitos y haciendo aparcería.  Desde luego, para crearle dificultades a la Revolución porque saben que esa no es la política de la Revolución.  ¿Por qué?  Señores, porque es un minifundio; con eso nunca abastecen a nadie.

La Revolución tiene la responsabilidad del abastecimiento de todo el país.  Y el abastecimiento solo se puede lograr mediante la mecanización, la técnica.

Y, claro, ellos han promovido, incluso, cosas para crearle obstáculos a la Revolución cuando la Revolución nacionalizara sus tierras; lo han estado haciendo.

Y una de las razones por las cuales tengamos que adelantar la medida es para no darles tiempo a que sigan haciendo daño.  Porque como ellos saben —porque se les advirtió; se les explicó en la reunión con los pequeños agricultores cuál era la política de la Revolución para que ya los pequeños agricultores estuvieran definitivamente tranquilos; se les dijo que esa tranquilidad no se les podía dar a los otros, a los burgueses rurales—...

Y, ¿qué ha ocurrido?  Que muchos de ellos han estado, incluso, repartiendo tierra y saboteando, haciendo todo el daño posible, para cuando las nuevas medidas revolucionarias se aplicaran.  Y por eso es necesario acelerar la marcha para no darles tiempo de hacer mayor daño.

La Revolución tendrá en cuenta algunas excepciones hacia aquellos que realmente hayan tenido una verdadera actitud de cooperación con la producción nacional, que hayan mantenido la finca en óptima producción.  La Revolución hará excepciones porque la Revolución no pierde nada con hacer excepciones, la Revolución no pierde nada cuando tiene consideración especial hacia aquellos que han sido leales con la Revolución y han trabajado y han producido.

Entonces, esos casos por excepción recibirán una consideración especial.  Eso no afecta la política de la Revolución.

Pero la inmensa mayoría de las tierras de los burgueses rurales pasará a manos de la Revolución.  Y si no me equivoco excede de las   150 000 caballerías de tierra (APLAUSOS).  Y de buenas tierras.

También se exceptuarán aquellos que son, por ejemplo, varios hermanos que trabajan en una misma finca, cuando se ponga el límite de tierra.  Y sobre eso las informaciones las recibirán ustedes cuando salga la ley esa.  Esos casos también se exceptuarán.  Todas las demás tierras pasarán a ser tierras nacionales, es decir, todas las demás tierras de los burgueses rurales.

Y ahora viene la tarea más importante, la tarea más difícil.  Porque esto plantea dos cosas.  Primero una lucha de clases dura; es decir que esta Ley de Reforma Agraria, nueva Ley de Reforma Agraria entabla una batalla de clases más dura que la primera Ley de Reforma Agraria, que afectaba a los gigantescos latifundios.  Afecta un número mayor de propietarios que la primera ley, de gente que tiene cierta preparación, cierta cultura, muchas amistades; han tenido tiempo en estos años de hacer algunos favores y algunas cosas, y hacer incluso alguna política.  Luego, constituirán un enemigo de clase más numeroso que los que fueron afectados por la primera ley agraria.

Claro está que perderán desde ahora su influencia social y la fuente de sus recursos económicos con que muchos de ellos han estado subvencionando y apoyando a la contrarrevolución.

Claro está que el imperialismo yanki y la Agencia Central de Inteligencia perderán muchos colaboradores, porque ya no podrán contar con la finca de Don Fulano y Don Mengano para que el infiltrado se oculte allí o haga contacto allí, no.  El imperialismo, la contrarrevolución y la Agencia Central de Inteligencia recibirán un duro golpe, puesto que nosotros no vamos a estar tolerando ni vamos a estar cruzados de brazos frente a la acción de los enemigos de la Revolución.  Y es la propia actitud de esos enemigos de clase lo que determina el aceleramiento de las medidas; la actitud de sabotaje de esa clase para con la producción y las acciones del imperialismo yanki y sus planes subversivos, para los cuales cuenta con esos señores.

Pero ya no podrán contar ni con sus fincas ni con sus recursos.

Y por lo tanto, los enemigos de la clase obrera recibirán un golpe duro con esa medida.  Pero implica una lucha dura e implica, al mismo tiempo, otra tarea muy importante, que es la necesidad de poner en producción al máximo esas tierras.  Implica la sustitución de todos esos señores en sus tareas como organizadores y dirigentes de la producción en esas tierras.  Es decir que poner a producir, saber utilizar esas tierras es nuestra tarea.  Y es la tarea que tenemos que saber cumplir, y es la tarea que ustedes tienen que ayudar a cumplir.

Claro está que ya no es como la primera vez.  La primera vez no pudimos contar con un contingente de compañeros ya disciplinados para enviarlos a cumplir esa tarea, y por eso se cometieron tantos errores en muchos lugares, porque hubo fincas que cuando llegó el administrador de la Revolución lo hizo peor de lo que lo hacían los burgueses allí.  Y es una verdadera vergüenza para la Revolución, y es un daño al prestigio de la Revolución cuando se toma una empresa de esas, una finca de un burgués, y por mal administrada que esté y por mal empleadas que estén esas tierras, cuando llegue la administración revolucionaria lo haga peor.  Y esto es lo que resulta inaceptable.

Y claro está, hay muchos lugares donde los equipos se los llevaron de un lugar para otro, abandonaron otros; disparates a montones cometieron gente que no tenía experiencia ni sentido de la responsabilidad, en aquellos primeros tiempos de la Revolución en que había tanta gente con tantas ideas simplistas en la cabeza, en que creían que todo era fácil y que quitar a un señor de allí y ponerse él a administrar aquello, a hacer producir aquello, eso era fácil.  Y, ¿cuánto costaba?  Qué le importaba.  ¿Cuánto gastaba?  Qué le importaba.  ¿Qué producía?  Qué le importaba.  Y llegó esa gente que no les importaban los costos, no sacaban una cuenta nunca.

Los créditos llegaban, el dinero llegaba.  Ellos cuando iban a producir una caballería de algo no calculaban cuánto iba a costar, ni cuánto iba a producir, ni en qué tierra iban a sembrar, ni qué siembra destruían para sembrar otra, ni qué valor tenía la siembra que estaban destruyendo y qué valor tenía la otra siembra.  Agarraban un tractor, y a dar carreras para arriba y para abajo, y no lo engrasaban, no lo cuidaban.  Agarraban un equipo de regadío y no lo cuidaban.  Empezaban a hacer trasiegos de todos tipos.

Y por eso, los errores que se cometieron una vez no se pueden volver a cometer de ninguna manera.  En el lugar donde sitúen a cualquiera de ustedes, lo primero que tiene que hacer es un inventario de todo lo que hay allí, de inmediato un inventario; si una carreta, si dos carretas, si tres carretas, si un camión, si una goma, si tantas vacas, tantos terneros, tantos novillos, tantas instalaciones, tantos equipos, tantos arados, tantas cosas; en las condiciones en que están.  E incluso, en segundo lugar, no mover absolutamente nada de allí.

Claro está que al principio, señores, al principio el que estaba en una provincia de administrador o de jefe de una provincia o de una zona quería vacas para aquella zona, y salía a comprar las vacas a otra zona, y a lo mejor dejaba esa zona sin vacas para llevarse vacas para la otra zona.

Y así se desbarataron lecherías, se desbarataron muchas cosas.

Nosotros tenemos que partir de lo que hay en cada lugar que ocupemos, de lo que hay.  Averiguar el inventario de todo lo que hay, qué está produciendo, cuántos trabajadores tienen, cuánto gana cada uno de esos trabajadores.  Esa es una de las primeras cosas que tenemos que ver, qué planes de producción tenía ese señor, qué créditos, qué préstamos había recibido del banco para los trabajos.

Hay muchos, como les digo, que se habían puesto a repartir tierras en aparcería.  La ley anula toda concesión, contrato de tierra, toda concesión de tierra que hubieran hecho los burgueses rurales después de la Ley de Reforma Agraria; los anula.  Por eso, ustedes tienen que ver si hay alguien “metido”, desde cuándo están, si estaban hace cinco años o si cuatro, si estaban antes de la Revolución, si después de la Revolución, antes de la Ley de Reforma Agraria.  Y la Ley de Reforma Agraria establecía la invalidez de todo desde antes del 1ro de enero de 1959; y claro está que los burgueses, muchos, han tomado medidas de esas para crearles problemas, para hacerles la competencia a las granjas del pueblo, han estado repartiendo lotes de tierra, y todas esas cosas.

Es decir, se han estado aprovechando de las circunstancias para crear obstáculos a la Revolución.  Por eso, tienen que estudiar la situación concreta de cada lugar, y ser muy cautelosos, muy cautelosos, porque no será nadie, será el INRA si tiene que hacer un cambio, un traslado, un equipo situarlo o ponerlo; pero eso no va a ser de inmediato, porque naturalmente toda la organización, toda la agricultura se está organizando y reestructurando; las fincas pertenecerán a granjas, las granjas pertenecerán a agrupaciones de granjas; pero muchas de estas fincas se mantendrán como unidades, tal como están, otras se agruparán con otras.  Pero el principio fundamental es este:  hay que partir de lo que hay, y lo que exista hay que mejorarlo.

Lo único que no puede ocurrir es que ninguna de estas fincas dentro de seis meses, o dentro de un año, tengan menos producción de la que tiene en este momento.  Porque el que dentro de un año tenga menos producción de la que tiene hoy el burgués, ese no sirve para trabajar en el frente económico de la Revolución, y eso será en primer lugar el índice de cómo se ha administrado o trabajado una de esas fincas, si tienen menos o tienen más; pero no solo si tienen menos o tienen más:  ¿con qué costo?, ¿se está produciendo a un costo inferior o a un costo superior?, ¿con qué renta?  Porque no debe haber una sola finca agrícola de esas que no sea costeable y rentable.  Y para eso hay que sacar números, y cada uno de ustedes tiene que empezar por conocer cuánto cuesta la limpia, cuánto cuesta limpiar una caballería, cuánto cuesta el regadío, cuánto cuesta el abono, dónde hay abono.

Y en primer lugar, tienen que saber cuál es la técnica de cualquiera de los cultivos que se estén realizando.  Si el cultivo es de arroz, saber cuánto arroz había sembrado, cuánto estaba en los planes sembrar, cuánto crédito recibió para eso, cuánto abono, cuáles son las condiciones concretas de cada campo de arroz, de las instalaciones, cuándo es la cosecha; si es algún arroz que esté por sembrar, cuándo hay que sembrarlo, qué día, qué semilla, qué características; si es de caña, cuántas limpias tiene, qué personal hay disponible para limpiarla, cuáles son los salarios que se están pagando para la limpia de caña, que no es cuestión de llamar a todo el mundo y empezar a pagar a 10 pesos el cordel allí, no; porque a ustedes les van a pedir cuenta de los gastos, a ustedes les van a pedir cuenta de cuánto cuesta cada operación agrícola.

Hay que ver la mano de obra disponible, los costos, hay que estar allí sobre el campo, hay que saber lo que un hombre puede hacer en un día, hay que comprobar el trabajo en el sitio, dentro del campo, en todas partes; no hay que andar montando a caballo dando carreritas para un lado y para otro, no; hay que ir allí, algo más:  hay que trabajar con la gente.  Porque, desde luego, si es una empresa que puede tener 30 ó 40 trabajadores, las tareas de quien esté al frente de eso, puede ser más importante que esté vigilando, controlando y organizándolo todo, a que esté allí haciendo un trabajo directamente; pero si es una empresa pequeña, de pocos obreros, tienen que dar el ejemplo allí en el trabajo.  Porque un administrador donde hay tres, y ese administrador no trabaja y tres trabajando, ¡eso es un lujo, eso es un lujo!  ¡Y eso es muy costoso!

No, no estamos inventando un tipo de administrador químicamente puro.  Administrador neto, que no haga nada, ¡no!  Tiene que dar su ejemplo allí, en el trabajo; si hay un tractor roto, qué necesita, cómo se arregla ese tractor, cómo están las turbinas; no esperar que las cosas se las traigan a uno, tiene uno que salir a buscarlas, hacer las gestiones; tiene que verlo todo, supervisarlo todo.  Y cuando haga falta gente, él es el primero, cuando no está realizando una gestión, allí, trabajando junto con los obreros como el que más (APLAUSOS).

Nosotros no podemos decirles ahora exactamente qué tipo de fincas, qué tipo de cultivos, qué tipo de empresa va a ser la que ustedes van a recibir para trabajar, porque irán...  Cada uno más o menos estará repartido por las provincias de donde son, están clasificados también según los exámenes; pero serán muy distintos tipos, pero muy distintos tipos; pueden caer en café, pueden caer en arroz, pueden caer en caña, pueden caer en frutos menores, pueden caer en ganado.  Y, desde luego, recuerden que lo que hay, hay que mantenerlo y mejorarlo primero que nada; porque ahora no existen planes inmediatos para cada una de las fincas; por eso, para ustedes lo primero es inventar, es informar.

Desde luego, que si son cañeras, la limpia de la caña para tenerla en las mejores condiciones para la zafra, la reparación de los equipos correspondientes; si son de café, la recogida, la limpieza, los planes que hay de tecnificación de la producción de café.  En cualquier tipo de cultivo tienen inmediatamente que ponerse al día sobre todo en las cuestiones que se refieran a este cultivo.

Pero como una gran parte de las fincas son ganaderas, pues cuando se hizo la Reforma Agraria muchos latifundistas cogieron sus 30 caballerías en zona de ganado, es posible que la mayor parte de las tierras —casi no es posible, sino que sabemos que la mayor parte de las tierras son fincas ganaderas.  Y es ahí donde ustedes pueden hacer un trabajo de inmediato muy útil para el país.  En muchas de esas fincas los potreros están abandonados, en muchas de esas fincas ustedes se encuentran que el marabú está surgiendo y los dejan llenarse de marabú, de manigua; en muchas de esas fincas no cargan las vacas, y, por lo tanto, las vacas ni paren.  Eso es lo que ustedes se van a encontrar en todas las fincas ganaderas, a los que les correspondan fincas ganaderas; y muchos de esos problemas.  Otras son lecherías, están produciendo poco.

Nosotros tenemos que empezar a hacer un trabajo muy importante con esas fincas ganaderas.  La producción de leche y de carne en los años futuros va a depender mucho del trabajo que se haga en todas esas fincas.  Las habrá que sean combinadas de arroz y de ganado, otras de caña y de ganado; habrá de todo.  Cañas, por supuesto que no se puede tocar una hoja de caña; y cualquier plan relativo a nueva siembra de caña, pues recibirían instrucciones para ello.

Pero en el ganado lo primero que ustedes tienen que hacer en cada finca ganadera, o en cualquier finca, en todas las fincas, es informar inmediatamente de qué finca se trata, la finca que le asignan, qué extensión tiene, qué cultivos se están desarrollando en ese momento, cuántos potreros tiene, cuál es el estado de los potreros, cuánto ganado tiene, y cuánto ganado puede soportar.  Y eso es muy importante.

Nosotros necesitamos saber cuántas caballerías de potreros hay, en qué condiciones están, y cuánto ganado se puede tener allí; porque hay un problema, y es que muchos pequeños agricultores tienen en exceso ganado macho y hembra, que para que ellos puedan cargar sus vacas tienen que vender ese ganado.  Si un pequeño agricultor que tiene una lechería que produce leche, tiene un número de añojos que ya no le caben allí ahora que viene la seca, si no lo puede matar, si no lo puede vender, el resultado es que no puede cargar las vacas; y eso afecta grandemente la producción de leche.

Ustedes tienen la tarea de informarnos a nosotros cuál es el estado de los potreros, cuánto pueden soportar —fíjense bien— en seca —que hay que tener en cuenta que ahora viene la seca, el período de seca—, cuánto podrían soportar en la seca.  Porque nosotros tenemos el propósito de adquirir a la mayor brevedad posible todo el ganado sobrante de los pequeños agricultores.  Y esa medida es indispensable para darle un impulso a la producción de carne y de leche; porque si los pequeños agricultores no cargan su ganado, no paren las vacas, no hay leche e igualmente se afecta la producción de carne.  Y el gobierno revolucionario tiene un plan de desarrollo de la producción de leche y de carne, para lo cual serán indispensables grandes cantidades de crías todos los años.

El Gobierno Revolucionario tiene el propósito de concentrar la ceba de ganado en un número determinado de lugares.  Y todas las demás fincas serán fincas de cría, de producción de leche y de cría, producción de leche y de cría; es decir que si se tienen 10 ó 12 regiones dedicadas a la ceba, todas las demás fincas deben producir cada vaca un ternero todos los años o cada 14 meses, según el ganado de que se trate.  Si es una lechería que está al lado de una ciudad, que está abasteciendo una ciudad, sí hay que procurar; actualmente tenemos las necesidades de la producción, podemos hacer que la vaca para cada 12 meses o cada 14 meses.

Si pare cada 12 meses, al año, está dos meses horra, 10 meses ordeñándose.  Si la cargamos al tercer mes o al cuarto mes puede tener 13 —digamos, si se carga al cuarto mes—, puede tener de 13 a 14 meses entre parto y parto, es decir, si la cargamos al cuarto mes de haber parido la tendremos entonces otra vez parida al cabo de 13 ó 14 meses del parto anterior.

En ese caso se ordeñan hasta dos meses antes del parto y se ordeñan 12 meses.

La regla que vamos a seguir, que pensamos seguir en las lecherías que están próximas a la ciudad, es cargarlas al cuarto mes, al cuarto mes, de manera que para aproximadamente cada 14 meses.

Y en las demás fincas que producen leche para la industria, que no están al lado de los grandes centros de producción, tenemos el plan de que paran todos los años, es decir, que se carguen aproximadamente el segundo o el tercer mes.

Pero tenemos el propósito de que todas esas fincas sean productoras de leche y de cría.  Todavía hay por ahí mucho ganado que está comiendo hierba todo el año, no se ordeña y lo que producen al año es un ternero, que valdrá 50, 60 ó 70 pesos.  Ahora bien:  si una vaca produce leche para un ternero, y, además, produce seis litros de leche     —nada más que seis— el valor de la producción de esa vaca sería el ternero que vale 50 ó 60 pesos y vamos a suponer seis litros de leche diarios a 10 centavos; serían 18 pesos en un mes, en 10 meses serían 180 pesos.  Y entonces tenemos el caso de que una vaca que se coma 120 ó 130 libras de pasto todos los días —y el pasto vale— y produce solamente un ternero que vale 60 ó 70 pesos, y el otro caso es el de la vaca que produce un ternero que vale 60 ó 70 pesos más 180 pesos de leche, por la misma cantidad de hierba.

Es por eso que no debemos tener ninguna vaca comiendo hierba sin producir leche, además de la leche que se necesita para el ternero.  Porque son muchas las necesidades de leche que tiene la población para que nosotros nos gastemos el lujo de tener vacas que comen 120, 130 ó 140 libras de pasto diario, y solo producen un ternero.

Eso le podía convenir a un latifundista que tenía 500 caballerías de tierra, que no le importaba nada, tener 1 000, 2 000 ó 3 000 vacas, los terneros un poquito más grandes.  Pero un ternero consume cinco o seis litros diarios, y nosotros hemos visto, por ejemplo, vacas cebú que las ordeñan por la mañana, les sacan cinco o seis litros, las sueltan con el ternero hasta la 1:00 de la tarde, les recogen el ternero a la 1:00 de la tarde para volverlas a ordeñar al otro día a las 6:00 de la mañana o a las 5:00 de la mañana, dan leche y crían perfectamente bien el ternero.

Claro que ese no es el sistema de una lechería al lado de la ciudad.  El sistema de la lechería al lado de la ciudad es que se aparta el ternero y se cría con leche en polvo o, a veces, con leche también de vaca, pero no de la madre; separan al ternero de la madre, se ordeñan por la mañana y por la tarde.  Ese es el tipo de vacas lecheras que están al lado de las ciudades, las lecherías que están al lado de las ciudades.

Este es el caso de fincas que tienen ganado que no son vacas lecheras, son vacas cebú o vacas criollas.  Todas esas vacas, todas las que se pueda hay que ordeñarlas.  Desde luego, nosotros estamos estudiando el problema de convertir todo ese ganado cebú mediante cruces en ganado lechero, estamos estudiando sobre la conveniencia de convertir toda la ganadería nuestra en una ganadería lechera, y después, cuando ya tengamos vacas que produzcan leche todas, entonces una parte de esas vacas las dedicamos a producir pies de cría, como pies de cría para producir reemplazos, y la otra parte la cruzamos con toros de carne.

Porque se habla de animales de doble propósito, que dan leche y que dan carne.  La realidad es que si ustedes tienen, por ejemplo, una vaca Holstein que da 15 litros de leche, esa vaca siendo de leche le puede producir un animal de carne, simplemente cruzándola con una Santa Gertrudis, con un Aberdeen Angus, con cualquier otra raza de carne, entonces la vaca da leche, y cuando pare produce un ternero que a los seis meses se puede mandar a cebar, cuando es un añojo se puede mandar a cebar.

Pero el propósito que tenemos —esto, desde luego, está todavía siendo discutido—, pero la idea que tenemos y lo que estamos estudiando es la de convertir toda la masa ganadera en masa que produzca leche, de ganado lechero.  ¿Cómo?  Mediante el cruce.

Ustedes saben que una vaca cebú, por ejemplo, se cruza con un Holstein o con un Brown Swiss y produce un ternero y una ternera híbrida.  Si esa ternera se vuelve a cruzar con otro Holstein pues en cada uno de estos cruces se va cambiando, y al cabo de tres, cuatro o cinco cruces tiene una proporción muy pequeña de sangre de cebú y tiene un 80%, un 90% de sangre de raza lechera.

¿Cuál es la ventaja de una vaca de raza lechera?  Que produce leche para el ternero —si se quiere— y además produce 8, 10 ó 12 litros para la población.

Y les vuelvo a poner un ejemplo:  imagínense una vaca que le críe un ternero, que le dé leche para alimentar un ternero y le dé 10 litros de leche diarios.  El valor de la producción que sale de esa vaca.  Desde luego, yo digo la vaca pero realmente quien produce la leche y produce el ternero no es la vaca, es la tierra; pero les quiero decir, por ejemplo, partiendo de un animal, de la ventaja de tener un tipo de animal y otro.  Una vaca que le críe un ternero, es decir, que dé leche para criar un ternero y 10 litros de leche para la población, poniendo el litro de leche a 10 centavos, el valor de la producción de esa vaca sería 360 pesos en leche y 60 ó 70 pesos el valor de un ternero, es decir que el valor bruto de la producción de esa vaca pasa de 400 pesos.

Vean ustedes la diferencia que es tener una vaca que no da más que un ternero y una vaca que le da un ternero y 350 pesos de leche.  Y ese es el único camino por el cual podemos nosotros, de verdad, producir toda la leche que necesitamos.  Nosotros no podemos darnos el lujo de que una vaca coma una cantidad de pasto y apenas produzca nada, porque, más o menos, cuesta lo mismo que tener un tipo de vaca que otro tipo de vaca.

Ahora, ¿qué estamos haciendo?  Hemos importado sementales de raza lechera, de los mejores del mundo.  Y así tenemos, por ejemplo, un ejemplar que costó 27 000 dólares, Holstein, pesa 3 100 libras.  Así que no hay ningún animal, incluso de carne, que pese lo que pesa ese animal de leche.

Pero ahora en el trabajo inmediato de ustedes con respecto a la ganadería, ¿cuál es la primera preocupación que ustedes deben tener dondequiera que haya una finca ganadera?  Naturalmente, cuántas vacas hay, cuántas novillas, cuántos novillos, cuántas vacas están cargadas y cuántas no están cargadas, cuántas vacas están, por ejemplo —si es una lechería—, produciendo leche y cuántas están horras.

Una de las primeras tareas de ustedes es, inmediatamente, empezar a resolver esa situación cargando todas las vacas que estén horras, que estén abandonadas.  Porque hay que lograr, por lo menos, de un 60% a un 70%, por ahora, después más.  Ustedes se pueden proponer como meta lograr un 70% de natalidad todos los años en la ganadería en general.  Ya decía que si era de leche debían tratar de que pariera no todos los años sino cada 14 meses.  Pero en cualquiera de esas fincas que están destinadas a cría, ver inmediatamente cuántas vacas hay y cuántas vacas están cargadas.  Entonces, hay que cargar las vacas, hay que seleccionar los mejores toros de cada una de esas fincas.  Hay un plan de inseminación, pero de inmediato por ahora, no se puede esperar que se organice el plan de inseminación para llevarlo a cabo en esas fincas.  Hay una finca lechera, y lo que tienen que hacer inmediatamente es ver cuáles vacas están cargadas y cuáles no.  Entonces, toda vaca que tenga, digamos, que haya pasado cuatro meses de haber parido, puede que haya pasado 12 meses, 14, pero toda vaca que no esté cargada, y tenga más de cuatro meses de haber parido, hay que cargarla.  Si la finca es de ganado lechero, hay que cargar esa vaca con un toro bueno de su raza:  si es Holstein, Holstein, si es Brown Swiss, Brown Swiss.  Si el hombre estaba cruzando ya y no hay más que un toro de una sola raza, pues empezar a cruzar con ese toro allí.  Puede haber que hayan 25 vacas Holstein, 3 vacas Brown Swiss, y haya un toro Holstein, y no haya otro ni se pueda conseguir un Brown Swiss por ahí, y se va a quedar la vaca sin cargar, entonces, en ese caso, siempre cojan el toro Holstein.

Siempre cruzar o cargar la vaca con el mejor toro de su raza, con el mejor que haya por allí, o cerca de allí; puede ocurrir que no haya toro, puede ocurrir que esté muy mala, pero pueden ustedes entonces acercarse a una granja y solicitar que le presten un toro; pueden ustedes dirigirse al INRA y solicitar un toro de la raza de aquellas vacas.  Ustedes se van a encontrar distintos tipos de vacas, algunas Brown Swiss, algunas Holstein, algunas criollas, que tienen sangre de todas las razas.  En ese caso, cuando se encuentren un tipo de vaca de esas raras, las cruzan con el toro mejor que hay allí, de la raza preponderante allí.  Es decir, ustedes se encuentran donde hay 20 vacas Holstein, y 3 vacas criollas, aquellas vacas criollas hay que cruzarlas con Holstein.  Lo que no vayan a hacer en ninguna parte, es cruzar una vaca de leche con un toro Cebú; no hagan eso en ninguna parte.  Todo lo contrario, donde haya una lechería, que tiene vacas Cebú, las cargan con toro Holstein o Brown Swiss según sea el tipo de ganado que haya en la lechería.  Es decir, cruzar la vaca con toro de leche sí, cruzar la vaca de leche con toro de carne no, porque es un retroceso.  Si ustedes tienen en una lechería 50 vacas Holstein, 20 vacas Cebú, hay que cargar esas 20 vacas Cebú con toros Holstein.  Si ustedes están en cualquier lugar —ya decimos que todas las fincas se van  a poner de cría y de leche— tienen 50 vacas Cebú, no tienen toros Holstein allí, tienen toro Cebú, la cargan con toro Cebú en ese caso:  Cebú con Cebú, que es el que abunda más.

Pero dondequiera que haya un animal de leche, un toro de leche, cargan las vacas esas rústicas con toro de leche; dondequiera que puedan hacer ese cruce, para convertir ese ganado Cebú que no produce leche, en ganado de leche, dondequiera que puedan hacer ese cruce, háganlo.

Pero recuerden bien la regla:  cada uno con su raza, Holstein con Holstein; Brown Swiss con Brown Swiss; nunca una vaca de leche con un toro Cebú.  Siempre que puedan, una vaca Cebú con un toro de leche; esto es para los que se encuentren con ganado, pero la mayor parte se va a encontrar con ganado, la mayor parte.

Aquí se podrían hablar de muchas otras cosas respecto a la cuestión de la ganadería.  Ahora a ustedes no les queda más remedio que aceptar el sistema de alimentación que les estén dando.  En muchas de esas lecherías le están dando pienso a vacas que dan seis litros de leche; el pienso cuesta caro, hay que importarlo.  Antiguamente la concepción capitalista era darle pienso a cualquier res de esa porque había unos señores que hacían una lechería y no tenían ni tierra, en el patio de la casa tenían 10 vacas, le daban pienso, ese pienso se compraba con divisas, se exportaba azúcar, se importaba maíz, soya, todo eso.  A ese hombre no le importaba nada más cuánto iba a ganar él, y tenía una lechería a base de pienso.  Y eso es antieconómico.

Y claro que han quedado todas esas costumbres del método capitalista de producción de leche y de carne.  Y hay una gran confusión y una gran ignorancia sobre todo eso, y darle pienso a una vaca que produce seis litros de leche es un crimen; porque aunque le dieran un quintal de pienso, esa vaca no da más.  Porque hay vacas que son lecheras y otras que no son.  Ahora, una vaca lechera le produce los seis litros de leche sin darle pienso, con 100 libras de pasto tierno, le produce más, le produce 10 litros.  Una buena vaca lechera con pasto solo, puede producir 12, 14, 16 litros de leche, y estamos investigando para ver hasta cuántos puede llegar.

Lo que le podemos decir es que con pasto solo, es suficiente para que una vaca produzca 6, 8, 10, 12 y 14 litros, sin pienso.  Y el absurdo más grande que hay es darle pienso a una vaca, que está dando seis litros de leche.

Y eso es lo que hace caro y costoso; porque el alimento más barato para el ganado es el pasto, y además el más seguro porque lo tienen allí.  Claro está que si ustedes llegan a una lechería ahora, y se encuentran que allí las vacas están dando seis, siete u ocho litros, y están a base de pienso porque el hombre no tiene pasto sembrado, no le quedará más remedio que seguir dándoles pienso, mientras se cambie el sistema de alimentación.

Hay toda una serie de problemas en lo que se refiere a la ganadería, que todo depende si es tierra que tiene regadío, pasto con regadío, o tierra que no tiene regadío.  Los potreros en época de primavera producen de tres a cuatro veces más que en época de seca, cuando no hay regadío.  Es por eso que se hace el heno; es decir, se corta la hierba que sobra en la primavera para poderla utilizar en los meses de seca.  Es decir, que si puede tener nada más que 10 vacas en seca, y 30 en primavera, para poder tener por ejemplo 15 ó 20 vacas, hace falta cortar el sobrante de la hierba en primavera, hacerlo heno y dárselo a las vacas en la época de seca.

Naturalmente que ponerse a cortar heno a mano es costoso.  Entonces hay un programa que se va a desarrollar para aprovechar en las tierras que no son de regadío, todo el sobrante de hierba mediante máquinas; máquinas que cortan y máquinas que empacan; mientras no lleguen esas máquinas, hay que hacer lo que puedan.

En primavera, que sobra la hierba, hay que tratar de cortar todo lo que se pueda y henificarlo.

Es necesario que todos los que estén en fincas ganaderas tengan en cuenta un principio, una regla:  no permitan que el pasto se pase.  No es lo mismo cuando una res come en un potrero que tiene 100 días, 200 días, es decir, que tiene hierba pasada, que cuando come en hierba tierna.  Una hierba que tiene seis meses, tiene el 50% o el 70% menos de proteínas, que cuando tiene 30, 35, 40 días, cuando está tierna.

Es decir que con un procedimiento que es rotar los potreros, no tenerla muchos días en un potrero, les voy a poner un ejemplo:  tienen, digamos, tres caballerías, la tienen dividida cada una en tres cuartones, por ejemplo, entonces, ustedes pueden tener 50 reses, vamos a suponer, y las ponen cinco o seis días en uno, cuatro días; si tienen nueve cuartones, las pueden poner cinco días en cada cuartón, las van rotando, y donde terminó de comer aquí vuelve ahí al cabo de 40 días; de manera que siempre la res esté comiendo la hierba tierna.

Simplemente con eso ya ustedes van a lograr que los animales estén mejor alimentados, comiendo siempre hierba tierna, rotando los potreros.  No permitan que los animales estén en los potreros, hasta que se agoten los potreros, no permitan que se le pase la hierba.  Ustedes no hacen nada con tener ese colchón, lo que tienen es que rotar para que los animales coman los retoños que tienen 30, 35, 40 días, y siempre estarán mejor alimentados, y siempre aprovecharán así mejor el pasto.

Es un principio elemental; es claro que hay muchos métodos de cómo atender el pasto, hay muchas experiencias; a veces los animales pastan.  Cuando los animales tienen que caminar mucho para pastar, se agotan, gastan muchas energías, el ganado lechero.  Pero cualquier técnica nueva..., ustedes tienen ahora que trabajar con lo que hay, con el sistema que hay, procurar inmediatamente cargar todas las vacas que deban cargar, rotar el ganado en los potreros y, al mismo tiempo, cuidar los pastos.  Pero uno de los informes que ustedes tienen que dar, dondequiera que haya un potrero es decir:  aquí hay un potrero en estas condiciones, tiene tantas reses, podemos tener tantas.  Una de las cosas que tienen que hacer es prestarles atención inmediatamente a los potreros, donde está creciendo marabú, donde está creciendo la manigua, quitar la hierba mala, limpiar la manigua, resembrar; todo lo que puedan hacer por los pastos, háganlo.  Porque hay una cuestión que yo quiero que ustedes recuerden y es la siguiente:  de todos los cultivos, el cultivo más productivo es el pasto.  Cualquiera ve el pasto y piensa que vale menos que cualquier otra cosa.  Ven una caballería de pasto y piensan que vale menos que una caballería de frutales, o que una caballería de arroz, porque como la hierba se da en todas partes, hay una tendencia a pensar que la hierba no vale nada.  Ahora en una caballería de pasto con regadío se le puede sacar una producción en bruto de más de 20 000 pesos de leche al año.  A una caballería de arroz no se le sacan 20 000 ni 10 000 pesos y en agua gasta mucho menos de lo que gasta el arroz, el pasto gasta mucho menos agua de lo que gaste el arroz.  No hay prácticamente ningún otro cultivo que pueda producir tanto como una caballería de tierra sembrada de pastos con regadío.

Estas no son más que algunas ideas elementales; es necesario que ustedes le presten mucha atención a dos cosas:  a la caña y el pasto, que no permitan que les destruyan un metro cuadrado de pasto, excepto que se trate de un programa especial, ordenado por el Instituto Nacional de Reforma Agraria, que se le asigne determinadas cantidades de tierra.  Pero hay que cuidar el pasto como oro y hay que cuidar los potreros como el más productivo de todos los cultivos.

Ustedes se encontrarán distintos tipos de hierbas.  Por ahora tienen que conformarse con lo que hay allí.  Si hay hierba guinea, pues limpiar los potreros para que esté bien esa hierba guinea, en tanto se pueda sustituir por otro tipo de pasto, puede haber otro tipo de pastos naturales, puede haber otro tipo de pastos artificiales, el que haya ustedes lo tienen que cuidar porque ese es el que hay.  Pueden encontrarse muchos potreros de pangola, hasta el momento es uno de los cultivos, uno de los mejores pastos, de los que ha dado mejores resultados en Cuba.

Y si ustedes encuentran una caballería de pangola, lo que tienen es que limpiarla y mantenerla en las mejores condiciones:  si tienen regadío, utilizar ese regadío.

Pero por ahora yo no les estoy hablando de una técnica muy complicada, les estoy hablando de lo que hay y de algunos principios elementales que es necesario que ustedes tengan muy presente.  Ver el estado de los potreros, informarlo, informar cuántas reses pueden sostener —sin equivocarse, sin equivocarse en eso—, preferible que fueran conservadores a que se equivocaran, preferible que se quedaran cortos que dijeran que pueden sostener muchas más.  Tienen que procurar cargar las vacas, todas las vacas, siguiendo las normas que se les dijo, tienen que cuidar el pasto con atención, tienen que salvar todos esos potreros donde ha empezado a surgir el marabú.  Estos son simplemente principios elementales.  Ustedes deben saber que la agricultura no es fácil:  mucha gente cree que la agricultura es fácil porque vieron que un guajira se encaramó en una loma, hizo una “pelúa” allí, o tumbó monte y sembró' una caballería de café o media caballería de café, o un caró de café, o que sembró plátano o que sembró yuca, por eso mucha gente cree que cualquiera es agricultor, y ese es el error, por eso hay tantos agricultores por ahí tan malos, y tantos administradores que no saben lo que están haciendo.

Todos esos tumbes que se hacen en el monte, son de un daño tremendo para la capa vegetal, muchas veces después vienen las lluvias y se arrastra toda la capa vegetal.  A veces nada más se puede sembrar un año, porque bueno, está bien, los campesinos tumbaban el monte, después sembraban alguna vianda junto con el café, después dejaban el café cuando ya no podían sembrar vianda; o a veces, cuando tumbaban el monte para sembrar vianda, sabían que nada más podían coger una o dos cosechas, pero, ¿por qué?  Porque la lluvia se llevaba la tierra y porque la capa vegetal se agotaba, entonces venía la “pelúa”.  Los que han estado por la montaña saben lo que es la “pelúa”, y la pelúa es el lugar donde una vez tumbaron el monte, sembraron vianda un año o dos años y ya creció una manigua allí, liquidado el monte, liquidada la capa vegetal, liquidado todo.  Sí, se ha sembrado café, pero cuando ustedes vean lo que es la producción por caballería de café, verán que es ínfima; caballerías produciendo 90, 120, 130 quintales.  Una caballería de café bien sembrado, escogiendo las variedades, sembrándolo a determinada distancia, podándolo y abonándolo, puede dar el doble, el triple, el cuádruple de café que ese café que está ahí.

Y en todas las demás cosas es igual.  Cualquier frutal hay que cuidarlo, hay que abonarlo y hay que “chapearlo”, quitarle la maleza, podarlo.  Y esa es otra cosa que ustedes tienen que preocuparse mucho, por los frutales, y dondequiera que haya un árbol frutal, cuidarlo también como oro.  Hay mucha gente que no quiere saber de árboles frutales.  Había administradores, que si les hablaban de sembrar calabaza se volvían locos, porque iban a sembrar calabaza y a los tres meses iban a recoger la cosecha de calabaza, pero si les hablaban de sembrar frutales, era como si les hablaran del demonio, porque pensaban:  frutales...  tres años, cuatro años.  Sin embargo hay que saber lo que significan los frutales que se han sembrado, como en la granja Granma, en que ya hay enormes extensiones de anones, de guanábanas, de distintos tipos ,de frutales, señores, y esos frutales hacen falta porque el pueblo necesita todas esas cosas, porque cada trabajador tiene el derecho a aspirar a que cuando se siente en una cafetería, lo mismo le den un café con leche que le den un batido de anón o de guanábana, o un helado.  Y la Revolución ha sembrado grandes extensiones de frutales, pero qué trabajo ha costado que algunos administradores se resignaran a dar tierras para sembrar frutales.  El año pasado se sembraron por ejemplo en PR-2, 28 caballerías de guayaba.  Ya el próximo año estarán en producción, apenas con dos años; la semilla de la guayaba se pasa por una deshidratadora y da una harina magnífica para pienso, y pronto tendremos todas las barras de guayaba que necesitemos (APLAUSOS).  Aquí las guayabas se dan silvestres, unas guayabitas chiquitas; la gente por ahí muerta de hambre, las recogía en unos jabucos para ganarse una peseta; después vino la reforma agraria y muchos de esos lugares fueron desmontados, mucha gente encontró trabajo, ¿quién demonio va a salir ahora con una jaba por ahí a buscar guayaba?  Se acabó la guayaba, ¿cuál era el remedio?  Sembrar grandes plantaciones.  Ahora se siembra una guayaba especial, de una variedad especial, que está pariendo todo el año, y son unas guayabas grandes y no son del Perú (RISAS), son de otro tipo de guayabas; hay dos o tres variedades.

Y entonces pues pronto la fábrica ya no solo dará guayaba para la fábrica que está allí en PR-2, sino para las fábricas que están en los pueblos cercanos allí, con una plantación de 28 caballerías de guayabas.  En Corralillo, en una tierra donde no se daba nada, ya hay más de 100 caballerías entre aguacate, marañón, anón, distintos tipos de frutales.  Porque el frutal incluso, muchas veces se da en tierras donde no se da nada.  Algunos, como los cítricos, necesitan regadío, la misma guayaba; otros como el aguacate, el marañón, se dan en lugares donde a veces no crece ni la palma cana, porque en esos sitios ni una palma cana había.  Y se han desarrollado unos aguacatales magníficos.

Porque, desde luego, compañeros, hay que buscar para cada cosa la tierra adecuada; incluso, en la cuestión de los pastos, hay tipos de hierbas que son buenas para una tierra, hay tipos de hierbas que son buenas para otra.  La pangola, por ejemplo, es un magnífico pasto, pero habrá sitios en que no es bueno sembrarla, que habrá que sembrar otros tipos de hierbas más adecuadas a las condiciones del terreno.  Hay distintos tipos de terrenos, la agricultura no es sencilla.  Hay tierras de un tipo y de otro, tierra húmeda y tierra seca.  Hay tierras que son ácidas, tienen una acidez alta y otras que tienen una acidez baja.  Hay tierras que tienen mucha materia orgánica y otras que no tienen materia orgánica apenas, que han sido muy explotadas.  La agricultura requiere toda una técnica de selección de las variedades, de métodos de cultivo, de empleo de abonos.

Y desde luego, en una tarde como hoy, no nos vamos a enfrascar en todos esos problemas que se refieren a la técnica agrícola, pero ustedes deben...  porque cualquiera siembra una mata de boniato, o una mata de plátano o una mata de yuca, pero eso no es agricultura.  El verdadero agricultor tiene que cuidar el suelo, cuando va a arar en una zona inclinada no puede arar así en surco, porque viene el agua y se lleva toda la capa vegetal, que después quién sabe cuánto tiempo hace falta para recuperarla.  Dondequiera que haya una loma y que haya que hacer un cultivo, procurar no hacer cultivos en loma; el cultivo ideal para las colinas es el pasto, porque conserva la capa vegetal, defiende la capa vegetal de la erosión.  Usted cultiva, usted ara.  Muchas veces vamos por la carretera y vemos las tierras aradas con surcos hacia abajo.  No hace falta más que un aguacero, o dos o tres buenos aguaceros y no queda capa vegetal, y la capa vegetal puede costar decenas de años en reproducirse.  Hay que cuidar el suelo; mucha gente cree que el suelo no vale nada y el suelo es lo que lo produce todo.

Por eso les decía que no era la vaca la que producía leche, la vaca convierte el pasto que consume en leche; la res convierte el pasto que consume en carne.

Y por eso, nosotros dentro del socialismo, lo que tenemos que buscar no es la mayor producción de leche por vaca, sino la mayor producción de leche por caballería de tierra.

¿Qué quiere decir esto?  Que quizás dándole grano, una vaca produzca 20 litros en vez de 15, pero sembrando granos, lo que a usted le alcanza es para tener allí 5 vacas; mientras que con pasto, puede lograr que le dé 15, no le dé 20, le dé 15, pero en vez de 5 vacas puede tener allí 30 vacas.  Y les advierto compañeros, que con una caballería de tierra con regadío, sembrada de pangola, lo menos que pueden tener son 50 vacas, lo menos que pueden tener.  Cincuenta vacas que si son buenas le pueden dar 12, 14, y 15 litros con pasto.  Y no les digo más porque estamos haciendo experimentos.  Lo que está completamente probado es que con pasto se producen 14 y 15 litros de leche, sin una libra de pienso.  Y ustedes se encontrarán por allí muchas lecherías que no tienen pasto y les están dando pienso a vacas de seis litros; se encontrarán eso mucho.  Se encontrarán mucho ensilaje de maíz y todas esas cosas; no se metan por ahora en esas aventuras, conserven lo que tengan, porque todo el problema de ensilaje es una cuestión que hay que estudiarla aquí también, porque aquí se han empleado muchos métodos de producción que son propios de los países fríos, que son propios de los países fríos, en un país que tiene primavera todo el año...  porque por eso les decía que el pasto era uno de los grandes tesoros de este país.  ¿Por qué?  Porque si tienen regadío puede hacer 10 cosechas de pasto, se puede cortar diez veces el pasto en un año.  Si no tiene regadío, tiene la primavera abundante, puede henificarlo; pero aún hay ciertos pastos que aun en la seca retoñan, y proporcionan verde.

La ventaja que tiene Cuba es que puede contar con pasto verde todo el año, y la cantidad de proteínas que da una caballería de pastos, es varias veces superior a la que da una caballería de maíz aunque le sacaran dos cosechas.  Y precisamente el ganado vacuno se caracteriza porque su estómago puede digerir el pasto, no es como el pollo, aunque el pollo puede consumir algún pasto; convierte el pasto en carne, convierte la proteína del pasto en proteína-carne.  Y ese bistec que ustedes comen    —cuando se los sirven allí en la escuela; desde luego, que van a tener mucho menos por allí que lo que había en la escuela, quizás la echen de menos, y está bien, para que se esmeren en producir bastante (APLAUSOS)—, ese bistec sale del pasto, proteína que estaba en la pangola, y que al pasar por el aparato digestivo de la res se convirtió en proteína-carne.  Y la proteína que produce una caballería de pasto en tierra de regadío, que se cortara la hierba cada 35, cada 40 días, es varias veces más que lo que daría esa caballería que se le sacara dos cosechas al año de 1 000 quintales por caballería.  ¿Qué les parece?  ¡Y el pasto se desprecia!  El pasto, les vuelvo a repetir, cuando tiene más proteínas es cuando está tierno; cuando se pasa pierde del 50% al 70% de las proteínas.  Desde luego, la calidad del pasto dependerá de la calidad de la tierra; la cantidad de nutrientes del pasto dependerá de los nutrientes que tenga la tierra, y para eso existe el abono; pero el primer abono es el propio abono del animal, y después viene el abono químico.

Esos son problemas un poco más técnicos, pero yo les he querido hablar de estas cosas para que ustedes vayan cogiendo una idea de que la agricultura no es fácil, porque ustedes ven muchos bohíos al lado de bohíos:  sí, los campesinos también saben, saben algo, los campesinos no son tan ignorantes, no; pero, desde luego, de la agricultura común y corriente que nosotros conocemos a una agricultura verdaderamente técnica, hay un gran trecho; a cada tierra hay que aplicarle la fórmula de abono que le corresponde según el análisis que dé esa tierra.  No se puede aplicar la misma fórmula de abono a cualquier tierra, no se puede aplicar la misma fórmula de abono a cualquier caña; algún día nosotros ya estaremos en condiciones de aplicar cada fórmula a cada tierra, la fórmula adecuada a cada cultivo según el sitio donde esté sembrado.

Y ustedes tienen un mundo por delante que aprender en la agricultura, porque algunas cosas nosotros tenemos que sacudírnoslas, algunos métodos tenemos que sacudírnoslos porque no son propios de nuestro país, fueron copiados de los países fríos.  Cuando nosotros apliquemos una buena técnica, mecanicemos además nuestra agricultura, seleccionemos nuestras variedades de semilla tanto caña como frutales, como el mismo ganado, mediante la selección; porque la selección quiere decir que se van eliminando los animales que no producen y se van seleccionando los mejores, se van seleccionando las vacas que más leche producen, se escogen las hijas; los toros que son hijos de vacas de las que más leche producen y se utilizan como padres, para que cada hija hembra que nazca tenga la máxima producción de leche.

La selección, la mecanización y una buena organización son la clave del éxito de la agricultura.

Una silo-cosechadora hace el trabajo de 30 hombres, 30 hombres; cualquier máquina hace el trabajo de 20 ó 30 hombres.  Nosotros tenemos que ir a la tecnificación, mecanización y organización adecuada de la agricultura.  Y si logramos eso, estamos en condiciones, porque tenemos toda la tierra que necesitamos para eso.  Con la nueva Ley de Reforma Agraria, la mayor parte de las tierras estarán en manos del Estado; y aplicando una buena técnica y aplicando la mecanización, podemos lograr una abundancia extraordinaria de productos, mucho más de lo que cualquiera se imagina, mucho más de lo que cualquiera de ustedes se imagina.

Pero ahora simplemente ustedes van a empezar.  Nosotros les hemos dicho algunas cosas que nos interesa que hagan, y queremos saber si ustedes han comprendido.  Yo les voy a pedir a cualquiera de los compañeros de aquí, de la segunda o la tercera fila, que se levante y diga qué hace si llega a una finca de 15 caballerías de tierra y se encuentra que hay allí 200 vacas de cría.  Usted compañero, usted mismo; ahora yo soy el que les voy a preguntar a ustedes.

A cualquier finca, si tú llegas allí, ¿qué es lo primero que tú haces?

ALUMNO DIOSDADO GARCIA.-  Yo sacaría datos estadísticos de todo lo que hay en esa finca.  En el ganado contaría todo el ganado y lo clasificaría en añojos, terneros, toros y vacas; las que están en estado de gestación, las que están paridas, las que están en producción de leche, las que están en producción de carne, etcétera.  Haría una estadística completa de lo que existe allí, los datos del terreno, los potreros, los cultivos que hay sembrados, etcétera.  Estadísticas de todo lo que voy a trabajar, de todo lo que me voy a encontrar, para mantener un perfecto control.

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  y si tú te encuentras, compañero, que en el ganado, por ejemplo, tienes 40 vacas Brown Swiss, 50 vacas Cebú, 30 Holstein, y te encuentras que tienes allí nada más que tres toros Cebú.  ¿Qué tú haces?

ALUMNO DIOSDADO GARCIA.-  Buscaría los medios posibles, solicitaría un toro del INRA...

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  ¿Qué raza?

ALUMNO DIOSDADO GARCIA.-  Bueno, para cada raza de ganado que tengo allí.  Por ejemplo, para la Holstein un toro Holstein, para la Brown Swiss un toro Brown Swiss:  para la Cebú pues tenemos el toro Cebú allí.

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Bien.  ¿Y si tú allí en el mismo lugar tienes tres toros Cebú, cuatro Holstein y un Brown Swiss, qué tú harías?  Te sobran toros Holstein, ¿qué tú harías?

ALUMNO DIOSDADO GARCIA.-  Bueno, lo cruzaría con la hembra del ganado Cebú, para entonces seguir especializando esa raza Cebú, que no produce tanta leche, en raza que se desarrolle (APLAUSOS).

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Puede haber un caso...  Si tú te encuentras que esas 50 vacas Cebú son de un patio muy fino, ¿qué harías?  Son Cebú, pero finas, finas, finas, porque es un patio famoso de “Don Fulano de Tal”, que lo está formando hace mucho tiempo.

ALUMNO JOSE NUÑEZ.-  En algunos casos podríamos conservar el ganado Cebú, y en otros...

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  ¿En cuál caso harías una cosa, y en cuál otra?

ALUMNO JOSE NUÑEZ.-  Si quisiéramos mantener una pureza de raza...

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Pero tú te encontraste que allí   —yo te pongo un caso concreto— es muy fino el pie de cría; yo no dije nada sobre eso, pero quiero que tú razones.  Si tú te encuentras que hay 20 Brown Swiss, 30 Holstein, 50 Cebú, pero resulta que los Cebú que hay allí es de un patio de “Don Fulano”, que lo viene haciendo hace mucho tiempo, que es muy famoso, ¿qué tú crees que debe hacerse ahí?, ¿cuál es tu opinión?  Sobre eso yo no he hablado.  Es muy fino...

ALUMNO JOSE NUÑEZ.-  Seguir manteniéndolo.

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Seguir manteniéndolo, eso es lo que debe hacerse (APLAUSOS).

Porque los patios finos si se encuentran, aunque sean de Cebú, si es un patio famoso, muy fino, no debe tocarse.  Posiblemente eso sea lo mejor sacarlo para donde están los patios finos de eso.  Pero por excepción puede haber eso.  No se dejen ustedes llevar y decir:  “Ese es un buen ganado Cebú”, porque eso no quiere decir un patio fino, fino; no.  Yo les pongo el caso de que es un patio fino, famoso.  Entonces:  “Bueno, este lo mejor...  déjame no tocar este, déjame consultar qué hago con esto.”  Pero el 99% de Cebú, aunque le digan que es bueno, es corriente.

La razón por la cual tenemos necesidad de ir convirtiendo ese ganado en ganado de leche, es sencillamente por aquella razón que yo les expliqué.  ¿Tú recuerdas lo que yo dije?  ¿Por qué debemos convertir una vaca Cebú en una vaca de leche?

Yo le pregunté al compañero la razón por la cual nosotros debemos tratar de convertir ese ganado Cebú corriente que hay en ganado lechero.

ALUMNO.-  La razón que nosotros buscamos al convertir el ganado Cebú en un ganado productor de leche, es por la razón de que lo que más nos hace falta ahora a nosotros es la leche, debido a que la leche es una cosa fundamental ya que está ahora realizando una gran función.  Por ejemplo, para los niños es una gran función que realiza; además, para la misma economía...

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Sí.  ¿Pero por qué para la economía es útil?  Vamos a suponer que no faltara leche, incluso que hubiera leche bastante.

ALUMNO.-  Si hay bastante leche, y entonces tenemos equis cantidad de vacas Cebú.  Entonces, ¿qué haremos con ellas?  Bueno, pues entonces tratar de irlas cruzando, vacas Cebú con toro, por ejemplo, Holstein o Brown Swiss de buena raza, para ir obteniendo una raza lechera.

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Sí, pero la razón fundamental, ¿tú no te recuerdas de aquello que hablábamos?  ¿Cuánto se come al día una vaca, más o menos?  ¿Qué usted puede decir?

OTRO ALUMNO.-  Una vaca se come al día de acuerdo al peso de ella.  Por ejemplo, una vaca de 1 000 libras se come 99 libras diarias.

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Sí, más o menos; o se come más.

ALUMNO.-  No, de promedio 99 libras.

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Bueno, se come un poquito más.  Sí puede ser un promedio, se acerca a ese promedio; depende de la hierba que le dé.  Si le das una hierba tierna se come 140, y si le das una hierba pasada, a lo mejor se come 75, porque no le gusta.

ALUMNO.-  Entonces tenemos que si le damos hierba a una vaca, que de ella nada más obtenemos el ternero, que vale 50 ó 60 pesos, pues no nos es productiva.  Ahora, si tenemos una vaca que nos dé 10 litros de leche, vendidos a 10 centavos, nos da 350 ó 360 pesos, más 50 ó 60 pesos que nos produzca el ternero, son cuatrocientos y pico de pesos que nos produce al año.

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Una vaca que come la misma cantidad de hierba que la otra.

ALUMNO.-  y la otra nada más que da el ternero.

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Exactamente.

ALUMNO.-  De acuerdo (APLAUSOS).

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Ahora hay una cosa, compañero:  aunque el compañero hablaba de la necesidad de la leche, tenemos necesidad de las dos cosas:  de leche y de carne.

Desde luego, nosotros hemos hecho los cálculos, y una caballería dedicada a producir leche, produce mayor cantidad de valores brutos al año que la caballería dedicada a producir carne.  Pero, desde luego, no nos podemos dedicar a producir exclusivamente leche; hay que dedicar alguna cantidad de tierra a producir carne también, porque hay que satisfacer las necesidades de la población.

Nosotros hemos calculado la posibilidad de que pase de 20 000 pesos la producción de leche en una caballería.  Claro que emplea también más hombres.  Y que pase de 12 000 pesos el valor de la producción en carne de una caballería con regadío.  Pero para producir carne no hay que tener obligatoriamente un ganado de carne.  Nosotros tenemos el ganado Santa Gertrudis —precioso ganado— que produce, que crece rápido, que tiene un gran poder de conversión; pero ese ganado, ¿para qué lo queremos nosotros?  Lo queremos para producir machos.  ¿Con qué objetivo?  Si nosotros tenemos una vaca de leche     —vamos a poner un caso— de 20 litros, lo que hacemos con esa vaca de leche es que la cruzamos con un toro de su raza.

Vamos a suponer que ya todo el ganado fuera ganado de leche, Brown Swiss y Holstein, o tuviéramos 5 millones de vacas lecheras, pero nosotros queremos producir carne.  ¿Qué hacemos?  Decimos, bueno:     3 millones de vacas vamos a cruzarlas con ganado de carne.  ¿Cuáles         3 millones de vacas?  Bueno, las vacas que dan menos leche, vacas de 10, 12, 14; los otros 2 millones son vacas que pasan de 15, de 20, esos    2 millones las tenemos destinadas a cruzarlas con animales de su raza, para producir los reemplazos.  Porque si usted tiene 5 millones de vacas, por lo menos todos los años tiene que remplazar 500 000 vacas, mandar 500 000 al matadero porque están viejas, y meter 500 000 novillas nuevas paridas.

Entonces, se destinarían, por ejemplo, 2 millones a producir los reemplazos.  ¿Cuáles 2 millones?  Las vacas de más alta producción, de 15, de 20 litros.  Los otros 3 millones los cruzaríamos con un toro de carne, para matar lo mismo el macho que la hembra que naciera.  Entonces, ahora mismo uno de los experimentos que se están haciendo es cruzar ganado Holstein con seis o siete razas de ganado de carne, Cebú, Aberdeen Angus, Santa Gertrudis, Charolais, para ver cuál cruce es el mejor.

Puede ocurrir que el cruce mejor sea el de Aberdeen Angus, pero nosotros tenemos pocos Aberdeen Angus; y que el Santa Gertrudis con Holstein dé un buen toro, pero no tan bueno como Aberdeen Angus, pero que tenemos muchos miles de toros de Santa Gertrudis; entonces haríamos el cruce de Santa Gertrudis con el de Holstein para buscar carne.

Es decir, que una vez que toda la masa fuera ganadera, unas vacas —las mejores— se cruzan; determinadas granjas se dedicarían a pie de cría, y otras se dedicarían a producir un ganado híbrido para carne.

¿Qué hacemos con los machos que paren aquellas vacas, Holstein pura?  Pues las hembras, ya se sabe, para pie de cría de remplazo.  ¿Y los machos?  Pues los machos también, cuando la leche abunde...  hoy en día en algunas lecherías matan al macho; ya nosotros hemos planteado que no maten al macho, sino que lo críen, porque nos interesa obtener ejemplares para la reproducción, para el cruzamiento.

Pero el macho del Holstein, por ejemplo, se puede criar también; por ejemplo, se cría con leche descremada, se le saca la crema a la leche para hacer la mantequilla, y con la leche descremada se puede criar el ternerito hasta los dos o tres meses, y ya a los tres meses empieza a comer heno y otras cosas.  Así que se puede criar el ternero y ese ternero después se ceba también.  Porque un Holstein tiene más tamaño que cualquiera de los demás toros de carne, ¿qué les parece?  El Holstein tiene tamaño.  Ya les digo que el toro este de que les hablaba pesa 3 100 libras.  Es decir, que es un elefante realmente este toro.

Hay la ventaja de que cuando los animales son de la misma raza, a mayor tamaño, mayor cantidad de leche, porque pueden comer más, ingerir más alimentos, ingerir más cantidad de pastos.  Porque como dijo el compañero muy bien, comen según su peso.  Una vaca de 1 400 libras come mucho más que una vaca de 900 libras, y, por lo tanto, puede producir más leche.

Aquella vaca de 900 libras, por muy buena que sea, si se ha comido 100 ó 110 libras de pasto, no puede producir tanto como otra vaca muy buena que se come 150 libras de pasto, y a veces se comen hasta 180.

¿Cuál es la ventaja del pasto tierno?  No solo tiene más proteínas, sino que gusta más al animal y come más.  Usted le da a esa misma vaca pasto viejo y come 80 libras, le da pasto tierno y come 120; come más pasto y un pasto que tiene mejor proteína cuando está tierno, porque el otro está muy fibroso.

Así que algún día estos puntos de vista que estamos discutiendo...  Desde luego, esto no afecta nada, las cosas que están en discusión no afectan nada las instrucciones que se les han dado a ustedes, porque esto sería para llevarlo a toda la masa ganadera, y ustedes van a tener relación no con toda la masa, sino con una parte de la masa ganadera.  Pero un animal de leche puede producir un animal de carne; esa vaca pare un ternero que puede ser hijo de un Aberdeen Angus, o de un Santa Gertrudis, la vaca es Holstein, puede parir un macho o una hembra, no se quiere para leche sino para carne; la vaca se ordeña, se le saca toda la leche y se cría el ternero y se manda para los cebaderos.  Al otro año esa vaca, vuelve a parir otro animal de carne; y así puede hacer siete u ocho partos.

Así que una vaca de leche puede servir dos propósitos:  dar leche y dar carne.  Porque cada vez que pare da leche, y cada vez que pare puede parir un toro cruzado con un animal de carne; aunque la Holstein también puede decirse que es de carne, tiene un gran tamaño, come bien; el Brown Swiss también.  Nosotros de los que tenemos mayor cantidad es de Holstein, aunque hay también Brown Swiss.

El gobierno revolucionario, como ustedes saben, ha importado por lo menos 15 000 vacas Holstein, y ya muchas de esas han parido.  Algunas de esas vacas están dando 20, 25 litros de leche.  Desde luego, para que una vaca dé 25 litros de leche hay que usar pienso; pero nosotros debemos buscar un tipo de vaca, no que nos dé 25 litros de leche con pienso, sino que nos dé, 15, 16 litros de leche sin pienso.

¿Por qué?  Porque la extensión de tierra que necesitamos para producir aquel grano para hacer pienso, si en vez de sembrar el grano sembramos pasto, entonces no obtenemos 10 litros de leche de esta vaca más, pero podemos tener 30 litros de leche poniendo tres vacas allí.  Quiere decir:  la extensión de tierras que se necesita sembrando granos para sacar 10 litros de leche más a esta vaca con un concentrado, si en vez de sembrar granos sembramos pastos, podemos tener tres vacas de 15 litros.  ¿Comprenden ustedes?..

Entonces, la caballería de tierra sembrada de granos puede darnos —pongamos un ejemplo—, digamos, 40 000 litros de leche, convirtiendo ese grano en leche a través de una vaca que da 14 ó 15 litros, dándole ese grano para que diera 16, 17.  Desde luego, si la vaca es capaz de darlo; si la vaca no es capaz de darlo, le ponen un quintal de concentrado todos los días y no da un litro más.

Hay vacas que son capaces de dar más leche con todos los nutrientes que tiene el pasto que son capaces de consumir.  Toda la vaca que consuma 160 libras de pastos porque le quepa en el estómago, que dé tanta leche como ingredientes tiene ese pasto, pero aún pudiera dar más si le dieran un concentrado, es decir, le dieran tres o cuatro libras de concentrado.

Pero el problema de nosotros es no buscar la vaca que dé más leche, sino sacar el máximo de leche por caballería; y si sembrando esa caballería para producir pienso, voy a sacar 40 000 litros, hay que sembrarla de un pasto para sacar 80 000, no con vacas de 25, sino con vacas de 15.  ¿Ustedes comprenden?

Al capitalista sí le interesaba una vaca que le diera 25 litros, porque era menos trabajo, menos problemas, más ganancia para él; porque tenía que sostener la vaca, le daba pienso...  A él no le importaba cuántas caballerías había que sembrar para sostener sus 15 vacas.  En cambio, bajo la concepción socialista lo que interesa saber no es cuánto va a ganar el individuo, sino cuánta leche va a dar una caballería de tierra, al mínimo de costo, para el pueblo; cuánta carne va a dar una caballería de tierra, al mínimo de costo, para el pueblo.

Nosotros estamos modificando muchos de los métodos que había, y estamos estableciendo métodos distintos.  Ahora mismo estamos estudiando dos sistemas:  ceba con pastoreo intensivo, ceba con estabulado, con ganado estabulado, pero con pasto, no con pienso.

Es decir, si se suelta el ganado para que busque la comida, rotándolo, para que siempre esté comiendo, o si se corta la hierba y se le lleva al establo.

¿Qué es lo que decidirá esta cuestión.  Bueno, en el establo cuesta más, son más obreros, más costo; ahora, puede ocurrir que el aumento, el número de reses que se pueda cebar en una caballería estabulado, es mayor que la caballería por pastoreo intensivo; el aumento que se pueda lograr por esa vía costee todos los gastos.  Digamos:  si por pastoreo intensivo se pudieran cebar 120 y por estabulado se pudieran cebar 180 por caballería, lo que decidiría la cuestión es si esas 60 reses más pueden sufragar todos los gastos y si la inversión implica un sistema en vez del otro.  Estamos estudiando la posibilidad de desarrollar varias zonas con  10 000 caballerías de tierra con regadío para la ceba y lo que está por resolver es si se utiliza pastoreo intensivo o se utiliza ceba en establo, cortándole la comida, es decir, cortándola con silo-cosechadores y llevándosela a los establos.

Desde luego que hay otros factores que pueden decidir la cuestión, por ejemplo, la pangola es la hierba conocida por nosotros como la que más rinde, tiene un alto porcentaje de proteínas también.  Ahora bien, puede ocurrir que la pangola sea resistente al pie y al diente del animal, puede ocurrir que no lo sea; así que puede ocurrir que la pangola resista mucho mejor el corte que el pisoteo.  Eso no se sabe porque no lo ha estudiado nadie, pero es un factor que puede decidir, porque hay tipos de hierbas que resisten el corte y no resisten el diente ni la pata y hay otras que resisten mejor el diente y la pata que el corte.  Si se demostrara, por ejemplo, que la pangola resiste mucho mejor el corte, pues lo más recomendable sería establecer el sistema estabulado, cortarle la comida y llevársela.

Hay otro factor que puede decidir, que es la mano de obra que necesita un sistema u otro, pero siempre tenemos que guiarnos por los costos:  “Qué nos rinde más a menor costo.”  Eso es lo que siempre tenemos que plantearnos.  Y sobre todas esas cuestiones hay muchas cosas que estudiar, la cuestión de los suelos, la cuestión de los abonos, el análisis de proteínas de los pastos, cuándo tiene más proteína, si en primavera, si en seca, en qué mes; cómo influye la estación del año en el porcentaje de proteínas.  Todas esas cosas tenemos que hacerlas y en realidad muchas de esas cosas no están estudiadas desgraciadamente, pero que es imprescindible que las estudiemos para que lleguemos a tener una agricultura altamente tecnificada, con el máximo de producción.  Por ejemplo, si todas esas vacas que les estamos dando pienso que producen menos de 12 litros, no les diéramos pienso, les diéramos pasto, nos saldría una leche mucho más barata, no tendríamos todos los dolores de cabeza que tenemos buscando pienso en el extranjero, gastando divisas en comprar pienso, pudiendo alimentarlas con pasto aquí, o pudiendo dedicar ese pienso a producir aves y a producir huevos.

Todas estas cosas nosotros tenemos que meditarlas mucho, señores, porque en definitiva la tarea fundamental que tiene un pueblo, la fundamental, es la producción de los bienes materiales que necesita.  Nosotros somos hoy dueños de los recursos del país.  Cómo nosotros no vamos a encontrar los caminos mediante los cuales nosotros sacamos el máximo de provecho a los recursos del país.  Y ahora tenemos que inaugurar una nueva era en la agricultura, una era de técnica, de seriedad, de responsabilidad.  Eso es lo que nosotros queremos que sean ustedes, compañeros; que ustedes tengan la técnica siempre presente.  Y les he puesto algunos ejemplos, ustedes se van a encontrar miles de cosas, cosas no previstas por ustedes ni previstas por nosotros, de todos tipos de problemas se van a encontrar.  Se van a encontrar todo tipo de fincas, de un tipo, de otro, o fincas mixtas, todo tipo de tierras.

Ustedes tienen que cuidar como oro los equipos que tengan, porque además puede ocurrir que ustedes piensen:  “Qué bueno sería sembrar esto aquí, qué magnífica tierra.”  No se pueden volver locos, no se pueden desesperar y empezar a decir mándenme un tractor y tal cosa y tal cual cosa, porque eso no puede ser así.  Ustedes deben trabajar con lo que hay en cada lugar, y de ahí esperar pacientemente; sugerir, sugieran todo lo que quieran pero no hagan planes pensando que les van a mandar un tractor.

Señores, porque uno de los problemas que tenemos es que los equipos están distribuidos por todas partes y nosotros debemos ahora invertir los recursos por regiones.  ¿Dónde debemos invertir los recursos?  En la tierra que más produce.  No es lo mismo desmontar una caballería de tierra que tiene una buena capa vegetal, que tiene agua, que desmontar una caballería de tierra que tiene una capa vegetal pobre, que no tiene agua, que no tiene nada.  Desmontar esa caballería le va a costar igual que desmontar la otra caballería, y los recursos están muy distribuidos; a veces llegan 500 maquinarias, se le da a cada uno una máquina, uno la emplea bien, la cuida bien, le saca el máximo de rendimiento, otro no la cuida, no la emplea bien, está subutilizada.

Ahora nosotros si vamos a mandar cosechadoras tenemos que mandarlas a aquellos lugares donde existen las mejores condiciones para emplearlas, garantías de que se van a emplear bien; que vamos a mandar empacadoras, bien arreglados estamos si recibimos 1 000 empacadoras y les mandamos una a cada uno de ustedes.  ¿Saben lo que pasaría?  Algunos de ustedes la emplearían muy bien porque tienen condiciones, otros la tendrían todo el tiempo allí y no la emplearían porque no tienen condiciones.  Es decir, no hay hierba ni hay nada.  Esas mismas 1 000 empacadoras enviadas a 100 fincas con un programa para cada una de las fincas, con personal que la atienda, las cuida, rinde cinco veces más que repartiendo las 1 000 en 1 000 fincas.

¿Comprenden ustedes?  No se pueden volver locos ahora pidiendo equipo.

Quizás se les ocurran cosas fantásticas, maravillosas, buenas, se vuelvan locos, pero tienen que tener paciencia, porque eso les va a pasar.  Ustedes pueden trabajar con lo que tienen allí; si ven un terreno que está baldío, que es bueno para pastos porque tienen ganado allí, que hay un tractor que está sin hacer nada, que tienen semillas, pueden arar aquello y sembrarlo; cuando vayan a sembrar averigüen bien cuál es el mes de sembrar.

Naturalmente, compañeros, que a medida que todo vaya desarrollándose ustedes recibirán más o menos las instrucciones de lo que tienen que hacer, de acuerdo con los planes de producción.  Los planes de producción no se van a hacer sin contar con ustedes, porque si los planes se hacen todos desde arriba a aquel le dicen:  siembra millo, y la tierra no sirve para millo; o a lo mejor la tierra sirve para millo, pero resulta que lo que tiene son 10 obreros ocupados en determinado cultivo y no tiene ni un obrero más; siembra el millo y se pierde el millo.  Cuando se hagan los planes tiene que haber dirección e instrucciones de arriba y también informaciones de abajo, para que cada cual sepa lo que pueda sembrar, informe, y se tenga en cuenta el terreno, la mano de obra.

Además, compañeros, la agricultura, como el terreno varía de un lugar a otro, las condiciones varían de un lugar a otro, es como la guerra, lo que hay que hacer en cada finca hay que hacerlo de acuerdo con las condiciones del terreno, la topografía, toda una serie de circunstancias.  Desde luego, ustedes llevan algunas orientaciones, ustedes saben que la caña tienen que cuidarla como oro, el ganado tienen que cuidarlo como oro, el pasto tienen que cuidar lo como oro; y lo demás, no abandonar absolutamente nada de lo que hay allí.  Esto no quiere decir que si se da la malanga, no, que si tienen maíz los manden para el diablo, no.

Les he dicho las cosas que más interesan:  caña, y pasto, son los dos cultivos que más interesan; pasto quiere decir leche y carne.  Y todo lo demás cuidarlo, porque todo lo necesitamos, pero por lo menos ustedes llevan dos buenas orientaciones.  Si llegan a una finca de café, tratar de informarse inmediatamente cuál es el equipo técnico que está trabajando en los planes de poda y abono del café; que tiene viandas, cuidar la vianda, ponerse inmediatamente de acuerdo con los del organismo correspondiente, porque ahora en la primera etapa ustedes entran en todos aquellos sitios, van a estar algún tiempo sin mucho contacto; inmediatamente después se irá haciendo contacto, principalmente con el Partido y con el INRA.  Porque la ocupación de todos los latifundios esos que quedan la va a hacer el Partido, pronto, no va a tardar mucho eso (APLAUSOS); llegarán los compañeros del Partido, emplearán alumnos de las Escuelas de Instrucción Revolucionaria, y después irán ustedes.

Ahora bien, yo les decía que este iba a ser un tipo de lucha dura, ustedes se van a encontrar con muchos casos; muchos latifundistas que tienen casa en la ciudad, con esos no hay problema, esos se van para la ciudad; se van a querer llevar algún mueblecito, bueno se pueden llevar objetos personales; muebles, ¿usted tiene muebles allá?  “No”.  “Bueno, que me quiero llevar un sillón, que era de un familiar”; bueno, eso se lo lleva.  Cosas de esas, que sean cosas de recuerdos.  ¿Que quiere llevarse los muebles de la casa?  Bueno, ¿usted tiene muebles allá?  Entonces los de esta casa, no.

Pero se van a encontrar quienes no tienen casa en la ciudad, se van a ver en la situación de tener que coexistir allí con ellos; ustedes no van a vivir en la misma casa, no se van a mudar a las casas de allí.  Pero van a tener problemas.  Y ustedes tienen que ser por un lado todo lo caballeroso, todo lo decente, todo lo amable que puedan ser, pero al mismo tiempo todo lo firme que tengan que ser.

No se olviden que habrá alguno que les van a pintar un cuadro de miseria, de tragedia; no va a haber miseria ni tragedia, se le va a indemnizar; el que menos va a recibir son 100 pesos durante 10 años, se les va a pagar, no van a pasar hambre, no se van a “quedar en la calle y sin llavín”, ellos van a tener una indemnización que les va a garantizar durante 10 años.

Alguna de esa gente es posible que se quiera incorporar a la Revolución, nosotros en algunos pueblos que hemos socializado hemos visto que los burgueses cuando son derrotados ya, entonces se adaptan mejor que cuando todavía están beligerantes.  ¿Comprenden?  Es muy difícil que un burgués beligerante de estos hoy quiera adaptarse, pero después puede ser que esté sin nada, le guste la agricultura, y no quiere irse para afuera o no tiene cómo irse, y se adapte.  Pero hay problemas de tipo humano:  tienen mujer, tienen hijos; no faltará alguno que otro llanto, la cosa de tragedia, toda esa cosa humana.

Por eso es necesario que ustedes sean respetuosos, sean amables y al mismo tiempo firmes, firmes, y sobre todo aquellos que tengan que coexistir cerca con el antiguo dueño, pueden surgir disputas.

La ley es clara, le dice lo que le va a dejar, lo que no le va a dejar.  Van a querer el jardín a la casa; le pueden dejar el jardín unos 10 metros alrededor.  Les dirán:  “el caballito”.  Yo no recuerdo cuál era la fórmula del caballo, creo que si tenían caballo y viven allí —porque no viven en la ciudad— pueden tener dos caballitos, y algo alrededor de la casa, no muy grande.  Porque no es que se les va a reducir; al que se le toca se le toca todo, y al que no, no se le toca nada.  Si no, le quitas un retazo por aquí y después el tipo sigue allí fastidiando con los equipos, la instalación, la lechería.  No, cuando ocupamos, ocupamos completo.  ¿Comprenden?

No es como la otra vez que se dejó 30.  No, ahora, al que caiga dentro de la ley, va todo (APLAUSOS).  Los que se van para la ciudad ustedes no los van a ver y no van a tener problemas con ellos.  El problema es con los que no tienen casa en la ciudad y se quedan allí mientras consiguen una vivienda, y tienen que vivir allí.  Se les respeta el derecho a la casa.

Ahí es donde ustedes van a tener a lo mejor muchas discusiones todos los días, alguna “tragedia” incluso gente fastidiando.  Puede haber alguno que esté fastidiando, queriendo sembrar el descontento entre los trabajadores.  Entonces, a esos, si fastidian mucho, tendremos que cambiarlos de allí y mudarlos para la ciudad, ¿no?

Pero puede haber quienes se quieran incorporar.  Y se han dado casos de hombres que, como tienen experiencia en la agricultura, cuando se ponen a trabajar de verdad trabajan con seriedad, teniendo recursos como tiene el Estado.  Y fuera posible que algunos quisieran incorporarse, y con eso no perdemos nada, con eso ganamos, cuando haya quien se quiera incorporar.

Incluso, en muchas de esas fincas —son más fincas que ustedes—, en muchas de esas fincas vamos a utilizar algunos de los administradores que ellos tienen, porque son muchas más que los que hay aquí.  ¿Comprenden?  Y eso plantea la necesidad de buscar alguna gente más.

ALUMNO.-  ¿Y el que tenga un pedacito...?

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  ¿Cómo?  Ahora mismo iba a hablar de eso.  Eres adivino (RISAS).

Sí, ahora ustedes se van a encontrar otro problema también, que está muy bien dicho eso.  Ustedes tienen primero que averiguar quién tiene allí un pedacito, cuándo lo recibió, si lo tenía de siempre o lo tenía después que se hizo la Ley de Reforma Agraria.  Pero si lo tenía después...  Sobre todo, yo creo que debemos tener en cuenta, principalmente, si después de la reforma agraria, porque la reforma agraria prohibió eso, y anulaba las que se habían hecho hasta el 1ro de enero.  Porque había algunos que al primo y al otro empezaron a repartirle su tierra.

Por lo tanto, todo lo que se haya dado después del 1ro de enero de 1959 no tiene validez.  Pero sobre todo los que se dieron después de la reforma agraria, y aún más, las que se dieron últimamente.  Porque hubo quien dio y hubo quien se dio cuenta de ese plan y fue e instaló su timbiriche.  El “chinchalito” agrícola ese, no lo podemos aceptar, compañeros.  Porque eso da para el vecino de allí cuatro matas de plátano, cinco de yuca, siete de maíz, para él escasamente y su familia.

¿Y qué come el obrero de ferrocarril y del transporte?  ¿Qué va a comer el enfermo, qué van a comer los trabajadores industriales?  Por eso es que el chinchal agrícola ese no produce.

Y, claro, ellos para tener el obrero, para que no se le fuera para la granja, porque en la granja había casa y había mejores condiciones, algunos de ellos le ofrecen su pedacito de tierra, y hasta para piratearlo, para ganarle.  No aceptamos eso en esas tierras, porque eso fue una violación de la ley.

Ahora:  no quiere decir que vamos a llegar allí y le vamos a decir al trabajador “te vas”.  No, no.  No hay que maltratar de ninguna manera a estos obreros; pero sí hay que decirle:  “mire, esa tierra no le corresponde a usted, porque ese lo hizo por esto; no se crea que lo hizo por bueno ni por nada, lo hizo para burlar las leyes de la Revolución, lo hizo para crear obstáculos a la Revolución, para cuando estas tierras pasaran a la nación crearle problemas y tenerlos a ustedes ahí adentro.  Y decirle:  “Bueno, usted debe devolver esa tierra.”  ¿No quiere?  No se le va a sacar.  Se le dice:  “Usted con qué va a cultivarla.  ¿Crédito?  No, se habla con el ANAP:  ni un centavo de crédito a este señor.  ¿Trabaja allí?  No, a ver si solo, desacatando la ley y egoístamente puede vivir.  Porque hay algunos que han hecho eso, y además para corromper, además, para captar, además para ganarse gente, para ampliar la base.

Porque estos burgueses son unos pocos miles, pero influyen sobre decenas de miles de gente.  Aquel que le hicieron un favor, aquel que le dieron.  Sobre todo, cuando vino la Revolución se volvieron más buenos que nunca.  ¿Comprenden?  Ellos pueden ser 7 000 u 8 000, pero influyen sobre decenas de miles de gente.  Son gente que tiene “labia” —como se dice—, educación, finura.  Y son muy “bichos” (RISAS), son “bichos”.  Hay algunos de ellos que después de la Revolución invitaba a su gente y los llevaban a Varadero y todo, hasta los llevaban a pasear en sus automóviles.  ¿Comprenden?

Y hay gente confundida por esa gente.  Además, tienen plata, le hacen un favor a cualquiera.  Llega un individuo que está apurado y:  “Aquí tiene.”  “¡Qué bueno es Don Fulano!, el pobrecito, es un buen hombre.”  Y además, puede ser un tipo bondadoso, puede darse el caso, los hay.  Pero que su “bondosidad” no tiene nada que ver con el régimen social que defienden, que no es un régimen bondadoso, sino que es un régimen cruel.  El individuo puede ser bondadoso, pero la institución y el sistema que representa es criminal e inhumano.

Porque, claro, toda la filosofía de ese sistema de propiedad se basa en que un individuo tiene a 40 trabajando para él, para enriquecerlo a él y a su familia, y se acabó.  Pero, luego, con lo mismo que extrae del sudor del trabajador hace favores, se pinta de bueno; hay todo eso.

En esos casos, lo primero es informarse de todo el que está dentro, desde cuándo está; lograr una información con la asociación campesina, con la gente.  Y ustedes tendrán muchos modos de informarse con los demás trabajadores.  “Bueno, eso no le pertenece.”  Bueno, ¿que tiene una siembrita?  Bueno:  eso se le compra.  ¿Comprenden?

No, ¿que no quieren?  No se le va a ir a desalojar...

Ahora, claro, yo les vaya decir otra cosa que sí es importante.  Nosotros planteamos de que en todas las granjas debe haber un mínimo dedicado a autoabastecerse.  ¿Qué pasa? Que había en granjas enormes un problema que es difícil que la gente lo entienda:  tierra buena y ni una malanga por todo aquello.  Y se da el colmo de la gente en el campo sin vianda.  Y entonces la gente decía:  “¿Pero por qué ahí —mire, que hay marabú, que hay manigua no me dan un pedacito para sembrar yo?” Yo lo he oído veinte veces.  Y, desde luego, el individuo que está diciéndolo, relativamente está diciendo una verdad, relativamente; pero desde el punto de vista del futuro, de los intereses del país, no está diciendo una verdad, porque aunque eso es malo, el remedio de ese mal no es empezar a repartir todos esos pedacitos, sino el remedio de ese mal es cultivar todo eso con métodos técnicos y con maquinarias, no con la yuntica de bueyes, ni nada de eso.  ¿Comprenden?  Porque sí, él dice:  “En eso que está abandonado yo produzco para mí.”  Pero mire, ahí lo que hay que hacer es producir para todo el pueblo, y producir diez veces más que lo que usted va a producir en el mismo pedazo.  El remedio no es ese, aunque él tenga razón al decirlo, porque eso está abandonado.

Ahora, si en cada una de las granjas, en una finca cualquiera de 20 caballerías, trabajan 10 ó 12, y se siembra una caballería de viandas, de manera que esa gente cuando vaya allí a comprar puedan comprar, que ganen todo lo que quieran trabajando; cuando van a comprar vianda, pueden comprar vianda allí, en la tienda, se manda esa vianda para la tienda, o se le vende vianda allí.  Si en cada uno de los lugares, hay un pedazo donde se siembra la vianda...  la gente tiene dinero, no crean que no tiene dinero; los trabajadores agrícolas tienen dinero.  Incluso se está implantando el sistema de que trabajen por su cuenta, se les asigna una tarea determinada.

Hay algunos administradores que se sobregiraron en eso, ¿saben?  Había trabajadores que estaban saliendo con siete y ocho pesos todos los días, porque hubo una cierta piratería entre administradores, cosa en que ustedes no deben incurrir.  Mucho cuidado con ustedes ir a la piratería para resolver los problemas esos.

Desde luego, toda la forma en que van a operar ustedes, los fondos con que van a operar, todas esas cosas se las dirán en el lugar donde estén.  Pero ustedes se van a encontrar allí fincas en que hay bastante gente trabajando.  Yo no sé cuál será la situación económica de muchos de esos trabajadores.

Sí les decía que en las granjas, en algunas granjas la gente ganaba mucho dinero y, a veces, más de lo posible, a veces más de lo posible.  Porque algunos administradores han pagado carísimo, han salido con 8 ó 10 pesos por pocas horas de trabajo.  Eso es muy malo, señores; eso es un engaño.

Promover eso es promover la inflación.  Es estarle pagando a la gente plata sin que esa plata tenga un equivalente en productos.  Por eso, cuando la gente lanza plata para la calle actúa irresponsablemente.  Hay que defender el dinero, que ese dinero no es de ustedes, es del pueblo.  Si todavía ustedes fueran espléndidos con su dinero; lo malo es que hay administradores que son espléndidos con el dinero de la tesorería de la república, con el dinero del pueblo, con el dinero de los presupuestos.  Y lo mismo pagan 5 que 15.  Pero el dinero hay que discutirlo, razonarlo.

Otra cosa:  estar pagando 10 pesos, para que después no puedan comprar más que seis pesos de productos o siete pesos, con eso no hacemos más que aumentar la inflación.

Y el problema del país es no producir billetes, sino producir bienes de consumo.  Porque, ¿de qué sirve un papel si no hay bien de consumo?  Está pagando pesos.

Por eso es que las fincas tenemos que hacerlas costeables.  Mientras estemos pagando más pesos que lo que valen los productos que se producen, tendremos el problema este del racionamiento y de la inflación, señores.  Porque resulta que hay más plata que bienes, ¡no alcanza!; entonces ahí tenemos la cola, es el problema de la cola:  mucha mayor cantidad de dinero que de productos.  Por eso ustedes tienen que defender el dinero.  Y la gente en realidad tiene dinero; por eso hay que tratar de tener autoabastecimiento, aunque sea en un cuarto de caballería, o menos.  Puede ser que ustedes estén al lado de una granja que tenga una gran producción de frutos menores y que ustedes digan:  “Bueno, si no podemos abastecer de ahí, no tenemos por qué sembrar.”  Pero bien puede ser que en la zona no haya ni viandas —yo no estoy hablando de la vianda que puede tener un lugar para el pueblo, sino estoy hablando de la vianda que puedan necesitar los trabajadores de allí—, no cuesta ningún trabajo arar un cuarto o menos de caballería, sembrar distintas viandas, para que los trabajadores de allí siempre puedan abastecerse, puedan comprar esas viandas.  Ellos pueden ganar, porque el que quiera trabajar de verdad, puede ganar —se lo digo— en las condiciones actuales.  Entonces, pueden ir a comprar esas viandas.

Por eso, sería bueno, dondequiera que fuera posible, hacer aunque sea una pequeña rotación de tierra, rotar una pequeña extensión de tierra, según el número; si es una finca de 30 caballerías, que tiene muchos trabajadores, por hache o por be, puede necesitar más tierra, una caballería...  Pero en cualquier lugar con un cuarto, un tercio, media caballería, una caballería de vianda para el abastecimiento de allí.  Esa vianda se le paga al trabajador que esté trabajándola allí, se comercializa también, o directamente se vende allí la vianda, o se manda a la tienda que esté más próxima donde compran los obreros esos.  Pero principalmente para que no haya esas presiones:  “dame una esquinita, dame por aquí”; porque es lógico que el hombre del campo es el colmo que no tenga vianda, y es lógico que ese hombre quiera tener vianda.  Luego eso se debe a la falta de previsión de los administradores; toda persona que se preocupe, que sea responsable dice:  “déjame este pedacito, esta esquinita, esta tierra que no sirve para otra cosa, que no está cultivada, aquí vamos a sembrar”; no decir:  “voy a tumbar este potrero de pangola tan bueno para meter aquí un canutico de vianda.”

Yo he llegado a alguna granja y me he encontrado que toda la tierra la tienen sembrada de caña, y la que no tienen sembrada de caña no le sirve para vianda.  ¿Qué hacer?  Les dije:  “Miren, ustedes no tienen una tierra cerca.”  Dicen:  “Sí, al lado de nosotros hay una tierra que no la están utilizando en la granja tal.”  Entonces se habló con la otra granja para que le entregara a ellos esa tierra que le venía muy bien, para que ellos sembraran allí, es decir, para que hicieran una siembra de frutos menores para los trabajadores de aquel lugar.  Bien puede ocurrir que en uno de los lugares donde estén ustedes esté todo sembrado, y entonces ustedes de alguna granja que tenga tierra al lado, y le digan:  “Nos pueden ceder, dar...”, gestionar que le cedan un pedazo de tierra para resolver el problema allí.

Todas estas son cosas que se les pueden presentar a ustedes.  Van a tener muchas cosas distintas, y es imposible que nosotros podamos desde ahora preverlas todas; pero recuérdense de trabajar con el Partido (ya el Partido está organizado en todos los municipios, y está ayudando en toda esta operación), y de trabajar con el INRA.  Es decir que la función del INRA es la administración, y la función del Partido es ayudarlos a ustedes.  Ustedes recibirán las instrucciones en cada lugar de lo que van a hacer; estarán provisionales los compañeros de la “Rubén Martínez Villena”, los compañeros de la “Rubén Martínez Villena” después que cumplan por lo menos dos meses, que encaminen ese centro, serán sustituidos y vendrán otra vez para la escuela.  Ustedes, los de las demás escuelas, ya quedarán definitivamente en todos esos lugares.

Yo no recuerdo exactamente bien cuál es el sueldo, pero el sueldo no va a ser un sueldo alto, ni mucho menos; no se imaginen eso, que vamos a empezar pagándoles mucho dinero a ustedes, cuando todavía no sabemos ni cómo van a trabajar, ni cómo van a producir ustedes (APLAUSOS).

Nosotros sabemos que eso a ustedes, naturalmente, no les sorprende, porque sabemos que ustedes son gente de trabajo, de trabajo duro, y que han sabido cumplir con el deber.  Pero, sobre todo, entran a trabajar en un frente de la economía nacional donde tienen por delante todas las oportunidades de superarse, de ser útiles; mejorarán ustedes en la misma manera en que trabajen bien, mejorará el país, y tendrán oportunidades; ahora empiezan por ahí, pero cuando estos acaben, no crean que van de administradores de agrupación, estos empiezan también por un departamento chiquitico, todos, aunque se estén dos años estudiando (APLAUSOS).

Ahora, ¿qué vamos a hacer en la agricultura?  Un sistema de selección; cada vez que haya que nombrar un administrador, digamos de una granja, escogerlo entre los mejores administradores de departamento; cuando haya que designar un administrador de una agrupación, escogerlo entre los mejores administradores de agrupaciones o entre los mejores administradores de granjas, y así sucesivamente.  Desde luego, habrá clasificaciones, habrá granjas de una clasificación, granjas de otras, según la importancia, según el valor de la producción.  Pero es un frente donde todo el que quiera superarse, el que quiera trabajar, el que sea responsable, el que sea serio, tendrá todas las oportunidades:  irá triunfando en la misma medida en que triunfe la agricultura y en que triunfe la Revolución.

Nosotros tenemos que lograr desarrollar una agricultura que no tenga nada que envidiarle a la agricultura de los países capitalistas más desarrollados, e incluso, tenemos que sobrepasarlas; porque la ventaja que tiene la producción socialista, como todos sus recursos están en manos del Estado para dirigirlo en una orientación correcta, no la puede tener ningún productor privado; e incluso, un productor de aves privado puede tener muy bien montada una planta, o algo; sin embargo, un plan avícola que se está haciendo en este momento tiene todos los recursos, infinidad de unidades con toda la técnica.  De ninguna manera, ningún productor privado puede contar con los recursos con que cuenta la agricultura socialista.  Porque si en una zona, hay que construir una obra hidráulica, una represa para regar 1 000 caballerías de tierra, porque es la única manera de que determinado lote de tierra tenga regadío, y están ahí los recursos de la nación para hacer esa represa que vale millones de pesos.  Esos problemas no los pueden resolver los privados, lo mismo que la inseminación, la selección.  Si necesitamos, por ejemplo, 10, 20 toros, cuesten lo que cuesten, de las mejores razas, los traemos.  Además, se emplean, se les da servicio a todo, los recursos se utilizan mejor, se racionalizan mejor.

La debilidad de nosotros está principalmente en la falta de experiencia y en la falta de capacidad de la gente que ha estado en muchos sitios en la agricultura.  Que no es lo común ahora, hay muchos que van superándose, van superándose.  La agricultura es muy bonita, es realmente una de las actividades del hombre más apasionante, más amena, más agradable; porque el hombre que está en la agricultura está creando, está viendo cómo se producen los frutos, cómo se producen los bienes, cómo se producen los alimentos; terminan encariñándose hasta con cada árbol, con cada animalito, con cada cosa de lo que están haciendo, aquellas cosas con las que están trabajando.  Y de veras que el trabajo que ustedes van a hacer es como para envidiárselo; cualquier joven que tiene la oportunidad de ir allí, a luchar con la naturaleza, a producir, a mejorar, a librar la batalla por abastecer al pueblo, a lograr organizar el trabajo de manera que la tierra, el trabajo, la maquinaria, produzcan el máximo posible, crear la abundancia.  ¡Es para envidiar el trabajo que ustedes van a hacer, compañeros!

Y se pueden sentir de verdad satisfechos, orgullosos, de que la Revolución les haya dado esa oportunidad, y deben por eso tener presente que ustedes tienen el deber de quedar bien con la Revolución, que ustedes tienen el deber de responder a la confianza, a esa confianza que la Revolución ha puesto en ustedes.

La otra vez, cuando la primera reforma agraria no teníamos esto.  Para nosotros es una gran satisfacción, una gran tranquilidad, saber que va un ejército como este para la agricultura:  inexpertos, pero disciplinados:  sin muchos conocimientos todavía, pero llenos de buenas intenciones, llenos de entusiasmo por el trabajo; gente buena, gente trabajadora, de origen humilde, producto genuino del pueblo, que van a tener ahora la oportunidad de servir al pueblo, al mismo pueblo que les ha dado la oportunidad, que los ha escogido a ustedes, que les ha capacitado, que les ha brindado conocimientos.

Y así ustedes pueden tener mayor satisfacción personal, no solo en saber que han aprovechado bien esta oportunidad, en saber que están ayudando al pueblo, que están ayudando a la Revolución, que de ustedes dependerá mucho, que en cada familia haya abundancia, que los niños tengan leche, tengan carne, tengan alimentos; y cuando ustedes vean que prospera, como está prosperando ya la Revolución, y vean la abundancia de todas partes, sabrán que eso es obra de ustedes, producto del esfuerzo de ustedes en una gran parte, de la dirección de ustedes.

Nosotros seguiremos preparando administradores, y seguiremos preparando y ampliando la escuela “Rubén Martínez Villena”, porque a medida que podamos, podemos darles cursos; porque nosotros, por ejemplo, si mantenemos 500, y mandamos 500 dos meses a sustituirlos a ustedes, ustedes pueden tomar cursos de dos meses.  Y con los propios alumnos de nuestra escuela permanente de administración, o de auxiliares de administración, con esos cursos permanentes nosotros podemos hacer cursos de superación para ustedes, igual que han hecho, por ejemplo, en el Ministerio de Educación, que a los maestros de vanguardia les dan 45 días, les dan dos meses, y eso ha ido mejorando mucho a los maestros.  Y figúrense la cantidad de experiencias que van a tener ustedes, cómo van a hablar ustedes de vacas, de caña, de café, de arroz, de todo eso.  Y cuántas cosas podrán, incluso, decirnos a nosotros de las experiencias que ustedes han adquirido.

Y seguiremos con la escuela permanente; la elevaremos a 500, a 1 000, a 1 500, a 2 000, de manera que la Revolución prepare los cuadros que necesita.  Claro que un buen administrador no se hace en una escuela, la escuela lo que da es conocimientos, le enseña a un compañero todo ese problema sobre el peso de las vacas y todas esas cosas.  Porque es lógico que ellos tienen que tener nociones no solo de administración, un administrador químicamente puro no existe; un administrador que no sepa ni dónde está parado, ya podrá sacar mucha cuenta y saber mucho de esquema, pero si no sabe de agricultura no puede ser un buen administrador de ninguna manera.

Claro está que a ellos la incursión esa por el campo de la agricultura les sirve de experiencia.  Y así, la escuela les da conocimientos teóricos, pero la vida es una cosa no teórica solo sino práctica.  Hay muchos problemas prácticos que el hombre con su sentido común, con su inteligencia, tiene que resolver.  Y de esos se les van a presentar a ustedes infinidad de problemas; y yo creo que algún día nos reuniremos otra vez para hacer un recuento de todo lo que se ha hecho y cómo lo han hecho; pero no se olviden de las cosas que nos interesan más inmediatas:  el inventario y el informe sobre los potreros, sobre todo, cuántos potreros tienen, de qué son los potreros, en qué condiciones están, cuántas reses hay, y qué reses creen ustedes que puedan sostener.  E inmediatamente comenzar a cargar todas las reses, todas las vacas que estén horras o novillas que puedan ser cargadas —el cuarto mes habíamos dicho,  ¿no?—, por lo menos si ya tienen cuatro meses cargarlas, todas las vacas del cuarto mes en adelante.

Nos referimos a las lecherías.  Les voy a explicar por qué:  porque una vaca, por ejemplo, lechera, al lado de La Habana, que está produciendo 14 litros o 12 litros si ustedes la cargan casi inmediatamente después de parir ya a los dos o tres meses empieza a reducir su producción de leche, y al sexto o séptimo mes ya está seca:  mientras que si la vaca está en su máxima producción cuatro meses y después con un poco menos de producción después que está cargada, pero puede estar en producción unos 10 ó 12 meses después del parto.  Pero, sobre todo, tiene cuatro meses de máxima producción sin estar cargada.  ¿Ustedes comprenden?  Y después que se carga se puede estar ordeñando hasta los siete meses; a los siete meses hay que soltarla porque por exprimirle un litro de leche más lo que se hace es que se está poniendo la vaca en peores condiciones para cuando vuelva a parir.

Si la vaca no es bien cuidada antes de parir, después no produce la leche que produciría con un buen cuidado.  Y en los casos en que las vacas no están propiamente en una cuenca lechera, aunque produzcan leche para la industria o produzcan leche para allí para los vecinos, ese tipo de lecherías que hay que no son propiamente leche de las grandes cuencas, pues a esas sí que paran todos los años, esas no importa que paran todos los años, porque el objetivo principal es producir un ternero para la carne, aunque produzca la leche también.

Ahora, de lo que ustedes informen sobre los potreros dependerá lo que nosotros inmediatamente podamos hacer para comprarles a todos los pequeños agricultores el exceso que tienen de novillas y de novillos, para que, a su vez, ellos inmediatamente puedan cargar su vaca.  Y digan:  bueno, no voy a tener problemas, porque si esta gente me compran 15, 20, 30 reses, yo pongo todas las vacas a parir y no tengo problemas con la hierba.

Pero imagínense que, al no poder salir del sobrante ese, no carguen las vacas, se les van a morir de hambre.  Y eso afecta la producción de leche y de carne.  Y nosotros queremos darle un impulso de inmediato a la ganadería, de manera que en el curso de 10 ó 12 meses ya se puedan ver los frutos.

Claro que estos burgueses no les compraban a ellos el ganado, porque muchos de esos ganados eran mejorados en esas fincas; si son machos se los vamos a comprar para cebarlos, y si son hembras, se las vamos a comprar para crías, aunque sea una chivita, una vaquita chiquitica, pero esta vaquita chiquitica así nosotros, mediante el cruce, el cruzamiento, podemos empezar a mejorarla también.

Ustedes saben que actualmente no se está matando ni una hembra.  Hay una masa ganadera grande.  Si nosotros logramos un porcentaje alto de natalidad y tenemos cada vez una masa de ganado mejor y mayor, es fácil comprender la abundancia que nosotros podemos lograr en nuestro país.  Ustedes se convencerán de todas estas cosas cuando estén allí sobre el trabajo, sobre la marcha.

¿Creen ustedes, compañeros, que están en condiciones de cumplir las misiones que tienen?  (APLAUSOS y EXCLAMACIONES DE:  “¡Sí!”)  Pues bien, compañeros, es conveniente que vayan llenos de confianza en sí mismos.  Además, vayan también con humildad, se ayuden de los compañeros que tengan experiencia en la agricultura, busquen el apoyo del Partido, cumplan las orientaciones que les den, las instrucciones que les den los delegados del INRA.  Y estoy seguro de que ustedes van a cumplir esta tarea bien.  Es difícil, pero ustedes la pueden cumplir.

Recuerdo cuando en la guerra siempre que salían de las escuelas de reclutas los nuevos soldados, eran nuevos y ganaban batallas, porque se había apoderado de ellos esa fe, esa confianza en la victoria, ese sentido de su capacidad para poder vencer los obstáculos.  Y recuerdo que siempre los soldados más viejos se iban en las distintas columnas y los más nuevos empezaban a realizar sus primeras operaciones.  Y a mí siempre me tocaba luchar con los nuevos, porque a los más viejos los mandábamos a los distintos frentes.  Siempre andábamos con una tropa de reclutas nueva, pero esa tropa ganaba batallas y vencía obstáculos difíciles.

Y ustedes son la tropa nueva que entra en el frente de la economía, formada en la Revolución (APLAUSOS).  Esta tropa va a ganar muchas victorias, compañeros, y posiblemente marque una fecha muy importante en el curso de la Revolución, un verdadero auge de nuestra agricultura, porque esas 150 000 caballerías de tierra tenemos que ponerlas como un jardín a producir al máximo para el pueblo.  No más el crimen de vacas descargadas, no más el crimen de tierra desperdiciada, no más el crimen de la especulación, que es lo que hacen los burgueses vendiéndoles a los burgueses, los burgueses rurales a los burgueses urbanos, y los burgueses urbanos a los rurales.  Y así, en casa de ningún burgués nunca faltaba ningún artículo, porque de eso se encargaba el burgués de la ciudad, no le faltaban artículos industriales; ni al burgués urbano le faltaban artículos alimenticios porque la leche se la llevaban allí.

El hijo de un trabajador se podía quedar sin leche todos los días; y en muchos pueblos del interior ustedes saben que la leche la repartían los mismos burgueses que la producían, y se la llevaban a sus clientes que eran los burgueses.  Y ahora tiene que haber más leche, y un reparto justo que llegue a todos por igual.  Que tome leche el niño hijo de un burgués, pero que tome leche el niño hijo del trabajador y del proletario (APLAUSOS).

Y esto marcará un auge en nuestra agricultura, con un buen año de lluvia, con un entusiasmo grande, con un sentido de la responsabilidad que crece en todos los hombres de la Revolución, en todos los hombres que están en todos los frentes de trabajo y en la agricultura; porque en la agricultura, a pesar de todas las debilidades que provenían de la falta de cuadros, de la falta de experiencia en esos cuadros, sin embargo, ya se nota mucha mejoría.  Y ustedes deben entrar en emulación, para que ustedes puedan sentir siempre el orgullo de que se hable bien del trabajo que ustedes van a hacer, y que todo el mundo tenga un alto concepto de ustedes, y que el pueblo pueda apreciar eso.

Y tengan la seguridad de que esta es una batalla histórica, que esta batalla es una batalla histórica por la Revolución, es un fuerte golpe a los enemigos, a los recursos económicos de la clase enemiga del proletariado; un fuerte golpe al imperialismo, doble golpe:  porque por un lado le quitamos las trincheras que tienen, y por otro estaremos en mejores condiciones de resistir su criminal bloqueo.  Y ustedes son los soldados que van a marchar a cumplir esa tarea, a librar una batalla histórica, y a marcar un punto de auge para la agricultura y la economía de nuestro país.  Y van a marchar pronto, porque van a empezar a salir hoy mismo, compañeros, esta misma noche van a empezar a salir (APLAUSOS).

Ahora, discreción para que los burgueses no se enteren, discreción para que los militantes del Partido Unido de la Revolución Socialista lleguen allí antes que los burgueses sepan que la Revolución ha dispuesto esta medida, de manera que no les quede tiempo de empezar ni a repartir reses ni a hacer cosas.  ¿Comprenden?  (APLAUSOS.)

Así que la cosa ya prácticamente está andando, prácticamente dentro de muy breves horas todas esas fincas, fundamentalmente, estarán ocupadas (APLAUSOS).  Y detrás llegarán ustedes, y detrás llegarán los compañeros que ya vienen de la Unión Soviética.  Y así iremos recibiendo refuerzos, y después llegarán los compañeros que graduaremos en las escuelas también, porque vamos a seguir preparando cuadros para la agricultura.  Y ya en el futuro todos los que estarán trabajando en la agricultura serán cuadros que salieron de la clase obrera del campo, y volvieron al campo.

Y así, todo obrero que se destaque tendrá su oportunidad de estudiar, de manera que ahora ya los cuadros que van a dirigir tienen que salir de allí, del campo, tienen que salir de los hombres que saben lo que es el trabajo del campo.  Y es la ventaja que tiene haber escogido a los que van a estudiar, a hombres que sean trabajadores agrícolas.  Y en el futuro serán jóvenes, muchachos que estarán en la primaria, en la secundaria, trabajarán y cuando se destaquen tendrán oportunidad de ir a las escuelas, los mejores, de entre los mejores trabajadores, para después regresar.

Y si nosotros seguimos por ese camino algún día tendremos muchos miles; si ahora tenemos unos cuantos miles, algún día tendremos muchos miles de hombres que estén a la altura de las circunstancias, de hombres en cuya responsabilidad, en cuya seriedad, en cuya capacidad pueda confiar plenamente el país para vencer la escasez (APLAUSOS); porque nosotros tenemos que combatir al enemigo que es la escasez.  Dígame.

ALUMNO.-  Yo quería que usted viese el problema de una finca que es en la zona de la United Fruit Company, en Banes, en que allí hay una época en que no hay trabajo, cuando llega la seca, porque la caña no requiere en todo tiempo trabajo.

Usted hace rato habló de la piratería de obreros.  Entonces, eso estaba pasando allá por Niquero, que la rosa de caña la estaban pagando a cincuenta y pico de pesos.  Entonces muchos obreros que trabajan bien en la granja van a trabajar allá; incluso ahora cuando tenían las metas del 26 de julio para la limpia de caña, se los llevaron para allá...

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Se los llevaron de Preston para allá.

ALUMNO.-  Entonces, yo estaba pensando que sería bueno que se fueran sacando obreros de allí, porque en el tiempo de la caña es cuando más se necesita fuerza de trabajo allí...

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Y, sin embargo, mira qué problemas tenemos con la recogida del café, problemas serios; porque mucha de la gente que trabajaba en la caña...  Y mira, el tener que estar movilizando obreros de la ciudad para recoger café, es malo.  Porque sacamos a lo mejor a un obrero de una productividad de 10 pesos por día, para situarlo en una productividad de dos pesos por día; pierde la economía cuando se saca a un obrero de un taller, de cualquier sitio donde está creando valores que valen 10 pesos, para crear valores que valen    —lo que puede hacer él a mano allí—, dos pesos.

El problema es que, miren, uno de los problemas, la piratería, en parte se debe...  había una triple o cuádruple piratería aquí; la piratería era entre granjas del pueblo y granjas cañeras, luego entre las dos y granjas administradas, y fincas administradas; luego entre las tres y los burgueses rurales.

Tan pronto empecemos a producir de verdad...  en este país, compañeros, si nosotros trabajamos bien puede ser incalculable lo que puede producir.  Podemos producir de todo en las cantidades que nos dé la gana, pero hay que trabajar bien, con seriedad, con responsabilidad.

Esos administradores que lo que les importa es lo de él nada más, y se llevan a la gente de aquí y de allá, no son administradores revolucionarios.  Porque uno tiene que querer que lo de uno marche bien, lo que él tiene allí, pero no puede ser a costa de llevarle la gente a los otros; eso es una vulgar piratería, y eso no conduce a nada.

Y, desde luego, en la agricultura esos pagos que se han hecho tienden a corromper.  Porque en el momento en que un día le pagan a 10 y después tienen dinero y se pueden sentar en su casa a esperar que les paguen a 10 otra vez, si no no van.  Y esos son los problemas, que no le hacemos ningún favor a nadie, no beneficiamos a nadie con eso y, sobre todo, no beneficiamos al país con esas cosas.

Es bueno que ustedes tengan conciencia de esos problemas porque hace falta que entre una corriente nueva en el campo a combatir todas esas cosas, todos esos vicios combatirlos.  Porque ustedes, por lo menos, salen con la disciplina de una escuela; no es el caso de todos los administradores que nunca se conocieron ni se vieron; muchos de ustedes estarán cerca unos de otros, se conocerán, se ayudarán, tendrán los mismos métodos, las mismas normas, no andarán egoístamente queriendo que lo suyo salga bien y haciendo que lo del otro salga mal.

Hay buenos administradores en la agricultura, muchos buenos administradores; desde luego, no salió la gente de una escuela, y cada vez será mejor.  Así cuando los muchachos sean muchachos que hayan estado dos años en la escuela, y tres años, y cuatro años, pues en el futuro los cursos serán de tres y cuatro años, cuando ya tengamos muchos administradores buenos, y entonces no tanta urgencia y podamos poner cursos mayores para que puedan tener no solo conocimientos de administración, sino de técnica agrícola.

Y algún día, compañeros, piensen que, por ejemplo, la ciudad escolar con capacidad de 20 000 alumnos cuando esté terminada, será un instituto de secundaria básica rural, y algún día será un instituto tecnológico; así que algún día tendremos de 15 000 a 20 000 estudiantes en un instituto tecnológico agrícola en la ciudad escolar (APLAUSOS).  Calculen cuántos cuadros técnicos irán a la agricultura en el futuro, con cuánto conocimiento y con cuánta experiencia.  Y de nuestras escuelas de ingeniería agronómica saldrán miles también.  Y claro que nosotros queremos que no gente de la ciudad, sino gente del campo se prepare, que vayan hijos de trabajadores agrícolas a esos institutos rurales, gente del campo, hijos de campesino a ese instituto secundario, a esos institutos tecnológicos y a las universidades, para que sea gente del campo la que oriente y dirija en el campo, que estudie y que vuelva al campo.  Eso es lo que queremos.

Compañero, ¿usted quería hacer una pregunta?

ALUMNO.-  Yo quería señalar que cuando fuimos a Camagüey a cortar caña, y terminamos la tarea a la que fuimos allí, nos dieron un pase para ver a los familiares.

Fui a la casa de los familiares y allí tuve una reunión con algunos campesinos que estaban esperando a la maestra para hacer la prueba de escolaridad, y mientras llegaba la maestra cambiamos impresiones con los de allí, y me informaron que estaban ganando 10 y 12, 8 pesos y trabajaban medio día.

Entonces yo les decía de qué les servía a ellos oír a Fidel Castro hasta la 1:00 de la madrugada y no comprender que él decía que el proceso que estábamos viviendo era de aumentar la producción y la productividad a la vez.

Entonces, ellos me dijeron que no tenían por qué trabajar todo el día, si en medio día ganaban 8, 10 y 12 pesos, y no tenían en qué gastarlo.  Y yo les decía que precisamente por eso...

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  No, y con lo que tienen que comprar con trabajar medio día les alcanza para comprar lo que les venden en cinco o seis días.  Pueden trabajar medio día a la semana, casi.

ALUMNO.-  Yo les decía, que por eso precisamente ellos tenían que trabajar más y aprovechar mejor las horas de trabajo para aumentar la producción.

Eso es lo que yo quería señalar.

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Muy bien, compañeros:  yo me alegro mucho de ver que ustedes han planteado estas cosas, eso nos da idea a nosotros de que ustedes han pensado, han meditado esos problemas, han tenido oportunidad de verlos, analizarlos.  Y es muy importante que ustedes se vuelvan abanderados de la producción y del trabajo, porque la razón...  ustedes siempre podrán discutir con razón con cualquier campesino, con cualquier trabajador, y explicarles que eso es un engaño, que eso lo que conduce es a la paralización de la economía, a la inflación.  Y por lo tanto hay que combatir también a todo el que haga eso, todo el que practique esos métodos, en todas las reuniones, en todos los sitios; porque el daño que le hacen a la Revolución los administradores que hacen esas cosas, porque son blandos, porque son débiles de carácter, porque piratean, porque son irresponsables...  Y en esas mismas cosas que ustedes han tenido oportunidad de ver y comprender que son erróneas, en esas cosas no deben caer ustedes nunca, compañeros.  Y les repito que nosotros tenemos confianza de que van a saber cumplir con la misión que se les ha asignado.

Y eso es todo lo que tenía que decirles compañeros.

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(OVACION)

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