La presidenta argentina, Cristina Fernández, cautivó al auditorio estudiantil de Cuba, tras sendas visitas a la Universidad de La Habana y la Escuela Latinoamericana de Medicina.

Experta en romper el protocolo sin perder clase, la mandataria obvió la seguridad y dialogó, abrazó y se fotografió con jóvenes compatriotas que estudian diversas carreras en Cuba.

Muchos sólo buscaban un recuerdo, pero otros aprovecharon para plantearle inquietudes, preocupaciones, manifestarle su apoyo e incluso entregarle presentes a la carismática gobernante.

De hecho, dos jóvenes que viajaron en moto desde Argentina hasta Ecuador le regalaron el cartel del luchador Ernesto Che Guevara que los acompañó durante la travesía.

En tanto, varios estudiantes de Educación Física le entregaron una carta digital donde le explicaban un proyecto para potenciar el desarrollo social a través del deporte.

La víspera, en el Aula Magna de la mayor universidad del país, la presidenta llamó especialmente a los estudiantes, quienes coreaban sus provincias de procedencia, llamando la atención de Fernández.

Este miércoles, los futuros doctores le regalaron a su presidenta un estetoscopio y una bata médica, que Fernández vistió de inmediato y bromeó: "con esto veré si algunos tienen corazón en Argentina".

Disfrutó particularmente par de canciones interpretadas al son de guitarra, charango y zompoña por estudiantes argentinos, a los cuales abrazó y felicitó efusivamente luego.

Logró otro golpe de simpatía al subir al estrado, dejando en su puesto, junto a Raúl Castro, a una joven estudiante que le había enviado una carta a través del presidente cubano.

" íLos quiero mucho!", voceó Fernández al auditorio, que despidió a ambos mandatarios entre vítores a la Revolución cubana y a la República de Argentina.